os economistas que se formaban en la década de los 70 del siglo pasado disponían de un importante acervo intelectual latinoamericano que constituía una interpretación completa de la naturaleza del sistema capitalista. A diferencia del planteamiento neoclásico, la concepción centro-periferia, planteada por primera vez por Prebisch en el documento fundacional de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) de 1949, permitía entender que la naturaleza del proceso de crecimiento era diferente en los dos polos del sistema. Por ello, era indispensable que los actores políticos decisivos en nuestros países dispusieran de propuestas de política económica que hicieran posible que en la periferia del sistema se tomaran decisiones fundamentales, como la de industrializarnos, mismas que tenían que acompañarse de instrumentos de protección industrial.
En las décadas de los 70 del siglo pasado hubo una importante expansión de la literatura sobre el crecimiento producida por economistas latinoamericanos que, primero, desarrollaron el planteamiento de Cepal y, luego, elaboraron la teoría de la dependencia desde una perspectiva marxista. En general, se produjo una verdadera revolución teórica, conocida genéricamente como el estructuralismo latinoamericano. Pero no fue sólo un asunto teórico. Se trató de un asunto que interesó a muchos responsables de políticas públicas, convirtiéndose en una palanca decisiva para impulsar el desarrollo autónomo de nuestros países.
En la década de los 80 se impuso una contrarrevolución teórica, que terminó con el Estado benefactor en los países desarrollados y con el Estado desarrollista en los países periféricos. Terminó también con el estudio de los procesos de desarrollo y con el reconocimiento de la especificidad de la situación de un amplio grupo de países, a los que empezó a denominarse en desarrollo, ya no periféricos, mucho menos países dependientes. Los gobiernos abandonaron sus responsabilidades sociales, comprometiéndose con las llamadas reformas de mercado. Reformas que retiraban el papel rector del Estado en el proceso de crecimiento, para dejar que los mercados operasen libremente.
Sesenta años después del manifiesto de los subdesarrollados
, la Cepal encaró otra vez la tarea de producir un conjunto de análisis y propuestas de política que permitieran que nuestros países transitaran a un desarrollo sostenible basado en un enfoque de derechos. En el centro de este proceso está la lucha por la igualdad. Igualdad que, como dice Alicia Bárcena, es crucial para el fortalecimiento de un estilo de desarrollo que reúna crecimiento económico, inclusión social y sostenibilidad ambiental. La consecución de estos propósitos está fuertemente ligada a la crisis del capitalismo neoliberal que en 2008, con el estallido de las hipotecas subprime llevó a un colapso crediticio y, por ello, a una recesión cuya magnitud recordaba la de 1929.
Durante los pasados 14 años la Cepal recuperó vitalidad. La lectura de sus aportes analíticos y de sus propuestas de política –de nuevo, como en los años 70 del siglo pasado– se volvió necesaria e incluso gratificante. Otra vez remitirse a los aportes de la Comisión y discutir sus planteamientos se hizo parte de las deliberaciones de actores políticos interesados en un desarrollo autónomo, sostenible, incluyente y equitativo. En las universidades, sin embargo, este rencuentro con las ideas cepalinas no se ha extendido suficientemente. La penetración del pensamiento neoclásico en las aulas y en las revistas académicas persiste, aunque esté cada vez más claro que las propuestas de política sostenidas en este paradigma han demostrado su incapacidad para producir un desarrollo sostenido y sustentable.
Por esta razón, el Trimestre Económico decidió reconocer la relevancia del aporte actual de la Cepal publicando un número especial dedicado a revisar contribuciones centrales en aspectos sustantivos para la región. En este número, correspondiente al primer trimestre de este 2022, escribieron los propios economistas de la Cepal, entregando materiales específicamente preparados para esta edición de la revista. Los temas tratados son indudablemente centrales: macroeconomía del desarrollo, desarrollo productivo, comercio e inserción internacional, dimensiones ambientales del desarrollo, desarrollo social incluyendo género y cuestiones demográficas.
A los trabajos inéditos presentados, se agregó un artículo de 1981 de Raúl Prebisch publicado en la Revista de la Cepal titulado La periferia latinoamericana en el sistema global del capitalismo
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La revisión del trabajo actual de la Comisión da cuenta de la importancia de sus aportes para la comprensión del desarrollo, de su capacidad para reconocer las nuevas características del sistema capitalista que queda de la hiperglobalización
, al tiempo que permanecen, incluso exacerbadas, las profundas asimetrías que caracterizan al sistema capitalista. Por eso, conviene recalcarlo, las nuevas propuestas para lograr el desarrollo tienen que estar sostenidas en el objetivo de la igualdad. Este propósito se convierte en una fuerza impulsora de un desarrollo sustentable, inclusivo y equitativo.