Que no pierdan la identidad, el gran reto
Miércoles 27 de abril de 2022, p. a12
Cuba se mantuvo intacta a la mercantilización del deporte. De ser una nación con escasos éxitos en el terreno, se volvió una presencia recurrente en los medalleros de competencias mundiales y Juegos Olímpicos. Después del triunfo de la revolución ha conquistado 229 preseas olímpicas.
Una decisión de principios, pe-ro también ideológica, y sobre todo geopolítica, pues Cuba siguió la ruta trazada por los países del blo-que socialista encabezado por la Unión Soviética. Los atletas ya no venderían su esfuerzo. El Estado se convirtió desde entonces en promotor y proveedor de recursos y sueldos para los deportistas.
La Habana ha padecido desde hace tiempo la deserción de talento en diversas disciplinas, pero con mayor frecuencia en el beisbol, el boxeo y el atletismo.
El ex presidente Fidel Castro fue enérgico al condenar la huida de los atletas y entrenadores cubanos en plena liza. Ocurrió con los boxeadores que después alcanzaron fama y grandes sumas de dólares en el profesionalismo en Estados Unidos, Erislandy Lara y Guillermo Rigondeaux, quienes intentaron escapar durante los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro.
El atleta cubano que abandona su delegación es como el soldado que deja a sus compañeros en medio del combate
, sentenció Fidel Castro.
En años recientes, el gobierno ha intentado construir mecanismos que permitan a sus atletas integrarse al profesionalismo sin necesidad de desertar. Sólo en las Ligas Mayores de beisbol de Estados Unidos hay 28 peloteros nacidos en la isla.
Acuerdo histórico
Un acuerdo histórico en diciembre de 2018 entre autoridades de La Habana y Grandes Ligas permitía que los peloteros de la isla pudieran jugar en el sistema profesional estadunidense de manera legal. Aquel trato fue anulado por el entonces presidente Donald Trump. Sin embargo, se mantiene en México y Japón.
En marzo pasado, la Federación Cubana de Boxeo anunció la firma de un contrato con la empresa Golden Ring Promotions –propiedad del mexicano Gerardo Saldívar– que permite el regreso de los púgiles amateurs a los circuitos profesionales. El lugar elegido para los primeros combates –pactados a seis rounds en mayo– es Aguascalientes, una especie de cuartel general para la selección de boxeo de la isla desde antes de competir en Tokio 2020.
En esa justa veraniega, peleadores calificados como Julio César La Cruz, Roniel Iglesias, Arlén López y la joven sensación Andy Cruz ganaron cuatro de las siete medallas de oro conseguidas por Cuba. Por eso, sumado al clima cálido y la ubicación geográfica, eligieron Aguascalientes.
Mientras algunos opinan que esta medida servirá sobre todo para contener la deserción de boxeadores, el presidente de la Federación Cubana de Boxeo, Alberto Puig de la Barca, asegura que su objetivo principal es mejorar el nivel técnico del pugilismo cubano sin romper los lazos con su país.
Este no es el boxeo de la década de los años 80, cuando predominaba la sangre y el interés de los empresarios, porque se ha humanizado. Ahora tenemos que prepararnos para enfrentar a los mejores peleadores tanto en los Juegos Olímpicos como en los Mundiales, certámenes Panamericanos y Centroamericanos
, sostiene desde la isla.
Nos incorporamos al profesionalismo convencidos de las ventajas que tiene para nuestros peleadores, entrenadores y la parte médica (doctores, fisioterapeutas y sicólogos), que buscan también un beneficio económico
.
Las ganancias, por bonificaciones o combates, serán 80 por ciento para los atletas y el 20 restante se lo repartirán entre el equipo del boxeador (15) y cuerpo médico (5).
Olimpismo, prioritario
Esto no afectará la tradición amateur de la isla, pues la prioridad la seguirán teniendo los compromisos olímpicos por encima de las peleas profesionales.
La escuela cubana de boxeo, una de las más reconocidas, cuenta actualmente con 40 púgiles, dos médicos deportivos, dos fisioterapeutas, un sicólogo, además de dietistas y personal que participa en la elaboración de entrenamientos.
¿Por qué no pensar que en dos años, tal vez dos y medio, un cubano y un mexicano puedan disputar un título del mundo?
, se pregunta. México tiene una excelente calidad en el boxeo profesional, estoy convencido de que es una posibilidad real
.
Al mencionarlo, Puig evoca varios episodios memorables de la relación México-Cuba en el boxeo. Sobre todo los nombres de Mantequilla Nápoles y Ultiminio Ramos, los ex campeones del mundo que vivieron en México y dejaron una huella profunda en este país.
Miguel Baro, apodado La Ciencia y nacido en La Habana, lo vive desde el exilio. Esta es una medida que sirve para que los jóvenes atletas no se vayan de Cuba
, comenta; la fuga de peloteros y boxeadores ha sido grande, pero yo estoy seguro que si a un joven le dan a elegir, prefiere quedarse con su gente, en su país y en su barrio para compartir el éxito de su deporte
.