tesoro escondidode Munch
El recinto hace accesible de forma digital más de 7 mil 600 dibujos del pintor y grabador // Se incluyen obras de su infancia y cuadernos, así como Ansiedad y el retrato de su hermana Sophie, La niña enferma
Sábado 16 de abril de 2022, p. 3
Para los admiradores de El grito, de Edvard Munch (1863-1944), que desconocen la vasta obra del artista noruego, el Museo Munch, en Oslo, decidió corregir esta omisión al hacer accesible de forma digital más de 7 mil 600 dibujos del pintor y grabador. Las obras se pueden ver en el sitio web: https://munch.emuseum.com/
El catálogo en línea, gratuito, representa una tremenda hazaña de logística, además de ofrecer dibujos que se remontan a la infancia del artista, cuadernos, estudios de herramientas, monedas y llaves que demuestran la dedicación de Munch como dibujante. También se incluyen acuarelas de edificios que fueron algunos de los primeros cuerpos de obra del artista en su juventud.
Más de 90 por ciento de los dibujos en línea proceden del acervo del museo; el resto proviene de otras colecciones públicas y privadas. El propósito es hacer el arte de Munch más conocido y accesible a la mayor cantidad de personas posible. Ya que gran parte de los dibujos nunca se ha exhibido o publicado, ha sido de especial importancia revelar este tesoro escondido
.
La colección en línea, entonces, no sólo sirve de introducción para los novatos respecto de la obra de Munch, sino también para sus admiradores de largo aliento, quienes, hasta el momento, tenían poco, incluso, nulo acceso a esta enorme colección que incluye, entre otros, Angst (Ansiedad), réplica de su famosa figura de El grito, de 1898, y La niña enferma, retrato de su hermana Sophie, quien murió en su infancia.
Los dibujos se remontan a 1873, cuando Munch sólo tenía 10 años y colocó una serie de sus ilustraciones dentro de un ejemplar de Los cuentos de Grimm. Las piezas más recientes son de 1943, un año antes del fallecimiento del artista, cuando hizo su autorretrato en crayón pastel.
La obra de Munch es compulsivamente
autobiográfica. Nunca se casó; sin embargo, sostenía que sus pinturas eran sus hijos, no obstante que muchas recibieron una crianza bastante espartana, ya que las dejaba sin barnizar, expuestas a los elementos de su estudio al aire libre o colgadas en paredes, sin marcos y atravesadas por clavos
, escribió el crítico de arte Tom Rosenthal. Por fortuna, los varios miles de dibujos que realizó fueron tratados, al parecer, con más cuidado.
Debido a su mala salud de niño, la educación formal de Munch fue errática, aunque logró recibir un breve entrenamiento artístico en la Asociación de Arte de Oslo, club de artistas en el que aprendió a copiar las obras en exhibición. A partir de allí, el joven Munch se lanzó hacia una carrera extraordinariamente productiva, interrumpida por episodios legendarios de alcoholismo, parrandas y amistades intensas con figuras literarias como August Strindberg.