La vida en esta profesión no es tan sana como se cree: Vampiro Canadiense
Desde el inicio de la pandemia han muerto decenas de gladiadores, la mayoría por afectaciones del covid
Viernes 15 de abril de 2022, p. a10
La pandemia corrió bruscamente el telón y desveló el drama que subyace detrás de la lucha libre; el covid-19 dejó al descubierto la vulnerabilidad de los gladiadores que son héroes en el ring, pero frágiles afuera.
Tan sólo en los primeros meses de la contingencia sanitaria, se registró la muerte de poco más de 30 gladiadores mexicanos, tanto en activo como ya retirados. Según diversos reportes, 90 por ciento de ellos pereció por complicaciones derivadas del coronavirus.
Aunque no hay un registro exacto, se calcula que en 2021 y principios de 2022, el número de decesos en el pancracio nacional a causa de este virus aumentó exponencialmente.
A decir de El Fantasma, presidente de la Comisión de Lucha Li-bre de la Ciudad de México, desde que inició la pandemia y has-ta mediados de 2021 teníamos documentadas alrededor de 200 personas fallecidas por covid-19 relacionadas con este deporte, entre gladiadores, jóvenes y viejos, y algunos de sus familiares. Me quedé en esa cifra, hoy día ya perdimos la cuenta, pero deben ser muchos más
.
Matemático II, Aníbal Jr., Ángel o Demonio, Carnicero Aguilar, Mohawk, Silver Fox, Exótico Peña, Ovett, Indio Yoko, Dragón Chino II, Súper Bracito, Impala, Estrella Blanca III, Ares El Guerrero y Herodes son sólo algunos de los representantes de este deporte que han fallecido a consecuencia de esta enfermedad.
El emblemático ex luchador Vampiro Canadiense consideró que el covid no es la causa principal
del gran número de decesos de gladiadores mexicanos, sino más bien, este virus detonó otras enfermedades que ya existían debido a factores como la mala alimentación, el estrés, una pésima condición física, e incluso algunos excesos
.
En entrevista con La Jornada, indicó que contrario a lo que se piensa, “la vida de los luchadores no es muy sana, decir que son personas saludables es una gran mentira, pues esta profesión es muy difícil.
La mayor parte del tiempo estás de gira y vives en un camión, no duermes bien y tus alimentos suelen ser comida chatarra. A veces llegas directo a la arena para la función y cuando se acaba debes regresar a casa, casi nunca te quedas en un hotel para descansar y viajas al menos 7 u 8 horas más
.
Explicó que ante ese agitado ritmo de vida, a veces los luchadores se meten droga para aguantar. Muchos toman pastillas para dormir o relajarse, otros para disminuir el dolor por las lesiones, pero algunos, ya sea por el estrés u otras circunstancias, en lugar de ingerir una tableta, ¡se toman 50!, he visto muchos casos así, incluso varios de mis compañeros murieron por este tipo de abusos, que en definitiva son un factor que los hace vulnerables ante el covid-19
.
Recordó que en su época más exitosa como luchador, tenía que pelear diariamente 6 o 7 veces y sólo descansaba un día a la semana. Mi salud estaba muy mal, y yo sí caí en las adicciones, aunque no era tanto droga de fiesta, sino para contrarrestar el dolor. Ahora casi no puedo caminar y tengo principios de Alzheimer, pero afortunadamente pude superar esa etapa
.
Amarga experiencia
Por su parte, el octogenario ex luchador Matemático, cuyo hijo Matemático II fue de los primeros en ser derrotados por el coronavirus, habló sobre su amarga experiencia en el combate cuerpo a cuerpo que enfrentó ante este padecimiento.
“Lamentablemente perdí a mi hijo a causa del covid-19, él empezó a sentirse un poco mal, pensaba que sólo era un resfriado y tomó algo de medicamento, pero de-jó que el virus avanzara y cuando decidió ir al hospital sus pulmones ya estaban echados a perder, no funcionaban.
Creo que eso mismo le pasa a los demás luchadores, se sienten sanos porque hacen mucho ejercicio, no le dan importancia a los síntomas, pero cuando te das cuenta ya no puedes parar esta enfermedad, si está muy avanzada ya no se puede hacer nada
, declaró el Matemático.
Relató que él mismo contrajo el virus, el cual estuvo cerca de arrebatarle la vida. “También me enfermé hace un año, incluso contagié a toda la familia, a ellos no les afectó tanto, pero yo ya me andaba muriendo, me puse muy mal, y además me afectó la depresión por la muerte de mi hijo.
Ahora que poco a poco se va regresando a las arenas, en mi caso a las firmas de autógrafos y diversos actos con el público, procuro tener más cuidado, pues no quisiera volver a contagiarme
, mencionó.
El legendario ex gladiador, cuya máscara blanca adornada con números de colores es una de las más emblemáticas en la historia de la lucha libre mexicana, indicó que las afectaciones del covid-19 fueron aún más letales dentro su gremio debido a la falta de recursos económicos y la carencia de servicios de salud pública.
Han sido dos años muy duros para la lucha libre mexicana, la pandemia nos dejó sin trabajo, no teníamos ingresos y eso le impidió a varios de mis colegas atenderse adecuadamente cuando fueron atacados por este mal
, apuntó.
Narró que la escasez de dinero obligó a muchos gladiadores a desempeñar otras actividades ajenas a la lucha libre.
Hay quienes pusieron pequeños negocios, sobre todo de comida, otros manejaban taxis, unos más sobrevivían de la venta en línea de playeras, máscaras y otros souvenirs, e incluso algunos participaron en luchas sin público que eran clandestinas y sólo se transmitían por Internet, había que hacer lo que fuera para salir adelante
, señaló.
El Fantasma detalló que ante esta situación, el organismo que dirige gestionó con autoridades gubernamentales algunos apoyos, ya sea económicos o en especie
para los representantes de la lucha libre mexicana, que en 2018 fue declarada como Patrimonio Cultural Intangible de la Ciudad de México.
Primero se les ayudó con 3 mil pesos, luego se les dio un préstamo de 25 mil, también se les entregó 10 mil a 50 compañeros que pusieron un negocio, y el último apoyo fue de 2 mil 300 y mil 500 despensas, pero debo aclarar que todo esto vino del gobierno, no de los promotores, que son quienes nos contratan y deben brindarnos seguro social, una jubilación, pero no nos dan nada, ¡ni las gracias!
, comentó.