Miércoles 30 de marzo de 2022, p. 10
Ginebra. Dos años después del brote de covid-19, la respuesta mundial no ha hecho más que evidenciar las diferencias entre países ricos y pobres, y en los propios países entre los más vulnerables, según muestra un estudio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
La falta de equidad en las vacunas, además de prolongar la pandemia, ralentiza la recuperación económica de países enteros, pone en peligro los mercados laborales mundiales, los pagos de la deuda pública y la capacidad de invertir en otras prioridades.
En septiembre de 2021, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció el ambicioso objetivo mundial de vacunar a 70 por ciento de la población global para mediados de 2022.
En ese momento, poco más de 3 por ciento de las personas de los países de bajos ingresos se habían inoculado con al menos una dosis, frente a 60.18 por ciento de las naciones de altos ingresos.
Seis meses después, el mundo no está cerca de alcanzar el objetivo fijado. El número total de dosis administradas ha aumentado enormemente, pero también lo ha hecho la desigualdad en su distribución: de 10 mil 700 millones de dosis suministradas en todo el mundo, sólo uno por ciento ha llegado a los países de bajos ingresos.
Esto significa que 2 mil 800 millones de personas en el orbe siguen esperando su primera inyección. Esto pone en peligro la seguridad de todos y es, en gran medida, responsable de las crecientes desigualdades tanto entre los países como dentro de ellos, indicó la OMS.
En África subsahariana, como Burundi, República Democrática del Congo y Chad, menos de uno por ciento de la población ha recibido el esquema completo de vacunas. Fuera de África, Haití y Yemen aún no han alcanzado 2 por ciento de cobertura.
El análisis del PNUD muestra que si las naciones de bajos ingresos hubieran alcanzado la misma tasa de inmunización que las de altos ingresos en septiembre del año pasado (alrededor de 54 por ciento), habrían aumentado su PIB en 16 mil 270 millones de dólares en 2021. Estas ganancias perdidas
podrían haber servido para abordar otros problemas de desarrollo urgentes, como la educación.
El brote más letal de SARS-CoV-2 en Hong Kong ha cobrado unas 6 mil vidas en lo que va del año, por lo que los ataúdes comienzan a escasear en la ciudad.
Estados Unidos autorizó una cuarta dosis de las vacunas de Pfizer-BioNTech o Moderna para personas mayores de 50 años.
La pandemia ha dejado 484 millones 310 mil 729 contagios y 6 millones 131 mil 336 muertes, según la Universidad Johns Hopkins.