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Mi música puede unirnos y contribuir a la paz, asegura el druso-israelí Mike Sharif

Canto en hebreo y en árabe y todo mundo corea mis temas, afirma

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▲ El intérprete, durante una entrevista en la aldea de Daliyat el-Carmel, en el norte de Israel.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Lunes 14 de marzo de 2022, p. a12

Israel. ¡Yalla, Yalla, levanten las manos!, grita en árabe el cantante druso-israelí Mike Sharif ante los palestinos que bailan con uno de sus éxitos interpretados en hebreo, durante una boda en Cisjordania ocupada.

La insólita escena tuvo lugar hace unos meses en Yata, pueblo palestino cerca de Hebrón, zona con frecuentes fricciones entre los palestinos por un lado y el ejército y los colonos israelíes por el otro.

Los videos de estos bailes rápidamente se volvieron virales en las redes sociales.

Preparé tres horas de espectáculo en árabe, pero al cabo de media hora todos los invitados me pedían que cantara en hebreo, explicó este cantante druso, de 40 años, en Daliyat el-Carmel (norte de Israel).

Los drusos, minoría de lengua árabe que profesa una fe basada en un islam heterodoxo, son cerca de 140 mil en Israel y en los Altos del Golán ocupados por el Estado hebreo.

A Mike Sharif le empezaron a llamar el portento druso a los 12 años, cuando ganó un concurso de televisión. Desde los años 90, sus canciones de pop mizrají (oriental) lo catapultaron a la fama tanto en Israel como en Cisjordania, Gaza y en varios países árabes.

Siempre he sido un ciudadano del mundo, afirmó el autoproclamado embajador de la paz entre israelíes y palestinos.

El pop mizrají, nacido del encuentro de la cultura judía de Medio Oriente y del norte de África, supo desde sus inicios mezclarse con la música de los territorios árabes vecinos.

Hasta ahora, cantantes israelíes como Eyal Golan o Eden Ben Zaken tienen muchos fans tanto en Israel como entre los palestinos, y grandes nombres de la canción árabe, como Umm Kalzum, Fairuz o Farid al Atrash, son desde hace buen tiempo muy populares entre los israelíes.

Una cercanía musical que, para Mike Sharif, debería unirnos a todos y ayudar a terminar con las guerras. Canto en hebreo en Hebrón y en árabe en Tel Aviv; lo hago en los dos idiomas y todo mundo las interpreta todas las canciones, sostuvo.

Mi música puede ayudar a la paz. La política no hace que la gente se una así, consideró.

También desató críticas

Pero su concierto en Yata también desató críticas e incluso amenazas de uno y otro bando. Algunos palestinos e israelíes lo ven como traidor: los primeros por cantar en hebreo en Cisjordania ocupada y los segundos por tocar en una boda palestina.

Sin embargo, Sharif abandonó su proyecto de convertirse en el primer cantante israelí en tocar en la Franja de Gaza, territorio gobernado por el grupo islamista Hamas, al cual los israelíes tienen prohibido viajar, por las tensiones, precisó.

Para Oded Erez, especialista en música popular de la Universidad Bar Ilan, cerca de Tel Aviv, que la música sea un puente entre israelíes y palestinos es algo que viene de los años de Oslo, donde a inicios de los 90 se firmaron los acuerdos de autonomía provisional de los territorios ocupados.

Ye en ese entonces, cantantes judíos como Zehava Ben o Sarit Hadad interpretaban en las ciudades palestinas temas de Umm Kalzum en árabe.

Pero, para este experto, compartir una música, un estilo, un sonido común, no puede por sí mismo ser una plataforma de cambio político o de reconciliación, a menos que sea explícitamente usado a nivel político.

Entre palestinos e israelíes, la música común es por ahora sólo una experiencia física y emocional y no política, afirmó.

La petición del público palestino para que Mike Sharif cante en hebreo no es por el idioma en sí, sino por los éxitos de los 90, cantados en esa lengua, que han entrado en el canon de la música de bodas palestinas, sostuvo Oded Erez.

Algo parecido a lo que pasa con la canción El sonido de la pólvora, compuesta en 2018 en honor al jefe de una banda de un campo de refugiados cerca de Nablús, en Cisjordania, y que suena en bucle en árabe en las bodas judías, agregó Erez.

Con la música, la gente se desconecta de todas las guerras, de la política, de las opiniones divergentes. Lo olvida todo, sólo está concentrada en ella, concluyó Sharif.