El movimiento antirracista #PoderPrieto, formado por actrices, actores, directores, músicos, académicos y activistas de diversas áreas, dirigió una carta a las principales plataformas de streaming en el país para invitarlas a establecer un diálogo sobre la manera de representar a la población mexicana en sus series y películas.

Dirigiéndose a las transnacionales Netflix, Amazon y HBO, principalmente, el documento de #PoderPrieto critica la manera de actuar de dichas empresas en el ámbito regional. Sabemos que en sus países de origen, tienen agendas de inclusión y equidad racial que en México no se implementan con las características de nuestro contexto social, pero nos encantaría que así fuera. El documento cita también datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía sobre la población mexicana, más de 75% de la población en México es racializada, es decir indígena, afrodescendiente o de piel morena. Sin embargo, en los medios audiovisuales (cine, series de televisión, plataformas digitales, etc.) esta población tiene muy poca representatividad (casi ninguna si se trata de roles protagónicos) y cuando son incluidos lo hacen representando a personajes que replican prejuicios y estereotipos degradantes y criminalizantes.

Para #PoderPrieto este prejuicio continúa replicándose en los servicios de streaming. Actualmente el grueso de lo que se produce en la industria mexicana (todas las plataformas) perpetúa estereotipos negativos, clasismo y racismo, no sólo por la falta de representación diversa y digna, sino también por las narrativas simples que prevalecen en las pantallas mexicanas, indica la carta.

“Esas narrativas son el resultado de las telenovelas, contenido producido para un público al que se le ha considerado, de manera prejuiciosa, poco inteligente. Son guiones que han reforzado y perpetuado el racismo en nuestro país y que ahora las plataformas retoman sin reparo”, señalan, poniendo como muestra la campaña Qué Drama. Novelas con N de Netflix.

El movimiento antirracista aclaró que su objetivo es alentar y abrir puertas a nuevos contenidos, diversos e incluyentes, además de nuevos creadores. Las posibilidades de un contenido rico, dinámico, complejo y atractivo son infinitas. Hay miles de otras historias que merecen ser contadas, concluye el documento.