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Dos cochineros
L

a Jornada del lunes pasado tuvo como noticia principal las ­anomalías que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) encontró en uno de los organismos públicos más importantes en lo económico y social y emblema de esta administración: Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), que integra la cadena de tiendas de Diconsa y Liconsa. Además, opera el programa de precios de garantía. Las irregularidades suman 8 mil 636 millones de pesos; entre 2019 y 2020 sus gastos de operación aumentaron 186 por ciento, y se hallaron deficiencias en la integración y registro de la información contable y financiera. En pocas palabras, un cochinero.

También destacó las anomalías que la ASF halló en la construcción del Tren Maya. En 2020 sumaron mil 44 millones de pesos, además de debilidades que, si no se corrigen, aumentan el riesgo de que el proyecto no opere en la fecha prevista, ni se alcance el objetivo de promover el desarrollo económico de la península de Yucatán sin deteriorar el ambiente. Además, la ASF emitió una solicitud de intervención del Órgano Interno de Control en el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) para que investigue los actos u omisiones que pudieran ser constitutivos de responsabilidades administrativas derivados de la existencia de procedimientos de excepción a la licitación pública. Y señala que entre 2019 y 2021 la inversión para el citado tren aumentó 26 por ciento y hubo pagos millonarios nada claros que Fonatur hizo por indemnizaciones y otros rubros. Otro cochinero.

En los años analizados por la ASF, el arquitecto Rogelio Jiménez Pons dirigía el Fondo Nacional al Turismo y lo relacionado con el Tren Maya para carga y pasajeros. Según la publicidad oficial, detonará el desarrollo social y económico del sureste. Con mil 525 kilómetros de extensión y 15 estaciones, comunicará a sitios estrategicos de Campeche, Tabasco, Yucatán, Chiapas y Quintana Roo. El empresario Jiménez Pons es artífice del complejo Tabasco 2000, emblema de la modernidad de la ciudad de Villahermosa. Pero Tabasco 2000, grandes centros comerciales, la Central de Abastos, los hoteles de lujo, la Colonia Petrolera, se fincaron sobre sitios que servían de vasos reguladores en tiempo de lluvia. Y por eso se inundan.

Jiménez Pons trató de explicar lo que entendía por desarrollo sostenible al cuestionar a quienes pedían claridad sobre los efectos ambientales del tren citado: “No podemos ser a ultranza conservacionistas cuando tenemos tanta miseria; tenemos que crear desarrollo y el desarrollo va a tener afectaciones al ambiente… pero primero va la gente. No ganamos nada con tener jaguares gordos y niños famélicos; tiene que haber un equilibrio. Muchas veces va a implicar afectar el ambiente, pues remediemos las afectaciones”. Y aseguró que hay la completa y libre convicción de hacer las cosas bien.

En una entrevista, Jiménez Pons llamó santón de la ecología a uno de los críticos del tren del progreso y el Corredor Transístmico: Francisco Toledo, creador de instituciones, pintor y mecenas cuya presencia física tanta falta hace a Oaxaca y al país. A ese santón se sumaron los descendientes de quienes edificaron Calakmul, Chichen Itzá, Tulum, Cobá, Uxmal, Palenque Chacmultún, Kabáh, Labná, Oxkintok, Sayil, Xlapak, Kohunlich,Dzibanché- Kinichná… y reconocidos científicos y grupos ambientalistas que, desde el anuncio del proyecto, exigieron conocer y discutir los estudios de su factibilidad técnica, económica, social, ambiental y financiera.

El pasado 11 de enero, Jiménez Pons dejó Fonatur. Según el presidente López Obrador, porque se necesita un funcionario responsable, comprometido por entero, que no se detenga ante nada y que se aplique a fondo en terminar las obras del tren, pues no vamos a estar considerando que son nuestros amigos o nuestros familiares o nuestros compañeros, pero no dan resultados. Premió su incompetencia designándolo subsecretario de Comunicaciones y Transportes.

La última de las ocho modificaciones que ha sufrido el trazo del tren levanta protestas de ambientalistas y científicos. Es la que evita pasar por el centro de Playa del Carmen. Pero afectaría una región donde se encuentran numerosos ríos subterráneos que conforman el mayor sistema de cuevas inundadas del planeta. ¿Cuándo tendrán en cuenta las autoridades las advertencias de los santones de la ecología?