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Infancia y sociedad

Amorcilina: ¡qué buena medicina!

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iene gran poder curativo para la tristeza, la soledad, el rencor, baja autoestima, ambición desmesurada, obsesiones, miedo, ciertas dermatitis y otros padecimientos de cuerpo y alma.

Fue el médico mexicano Daniel Nares, siquiatra especializado en sicoterapia infantil y familiar, quien en los años 70 utilizó por primera vez el término amorcilina para referirse al poder curativo del amor, gracias al cual el ser humano, especialmente en la niñez, logra superar problemas y hasta realizar hazañas insospechadas.

Pero el primero que detectó la importancia de los vínculos amorosos en el desarrollo fue el sicoanalista norteamericano René Spitz, quien en 1946 descubrió el síndrome de depresión anaclítica: un cuadro clínico en los primeros meses de vida por la separación de la madre y la consiguiente falta de cuidados afectivos y contacto físico; ello produce en los bebés severos trastornos que van de una fase inicial de llanto continuo, hasta una fase posterior en la que se detiene el llanto y el bebé permanece con ojos inexpresivos, indiferencia, extrema pasividad, sueño constante y adelgazamiento límite que puede llevar a la muerte. Sin embargo, este síndrome es reversible si se reanuda a tiempo el contacto físico y afectivo que permita crear un vínculo amoroso con la madre real o sustituta.

Para el brillante biólogo y filósofo chileno Humberto Maturana, los humanos somos seres de amor, necesitamos amar y ser amados –sobre todo en la niñez– para alcanzar una plena armonía de cuerpo y espíritu. De sus investigaciones sicopedagógicas hay que resaltar que el amor es la única emoción capaz de ampliar la inteligencia, mientras que el miedo inhibe la capacidad de aprendizaje.

Desafortunadamente, la fórmula de la amorcilina no ha sido sintetizada por ningún laboratorio. Si hubiera tabletas, cualquier persona podría mejorar su condición existencial y deshacerse de sentimientos destructivos como el odio y el rencor que obnubilan la razón y envenenan relaciones sociales. La ventaja es que, al no haber tabletas, sólo podemos elevar nuestro nivel de amorcilina en la interacción amorosa con el Otro, con los Otros.

¡Feliz Día del Amor!

(Es urgente atender denuncias de maltrato infantil en albergues de la CDMX y en cualquier otro, y castigar severamente tales actos).