Miércoles 2 de febrero de 2022, p. 17
Mientras los bancos mexicanos siguen acumulando ganancias históricas, las finanzas públicas tuvieron que desembolsar más de 11 mil 245 millones de pesos el año pasado para cubrir los intereses y costos de administración que se desprenden del rescate bancario impuesto hace 27 años, y cuyo pasivo rebasa un billón de pesos con un costo improductivo para el país.
Datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público muestran que en los últimos tres años se han destinado 105 mil 915 millones de pesos –más que el presupuesto con el que arrancó la pensión universal para adultos mayores en 2019– para pagar los compromisos financieros de los bonos IPAB, la herencia que queda del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa).
Mientras por los intereses y costos de administración del rescate se han pagado un billón 547 mil 736 millones de pesos, con cifras actualizadas a diciembre de 2021, los pasivos del adeudo no dejan de crecer. Así que, por demás, quedó sepultado el cálculo de 20 años que hiciera el gobierno de Ernesto Zedillo, para el pago de esta obligación.
Hasta diciembre de 2021, la deuda del antes conocido como Fobaproa –que se compone de los pasivos del IPAB y del programa de apoyo a deudores de la banca– alcanzó un billón 40 mil 507 millones de pesos, 27 mil 32 millones más que en el mismo mes de 2020.
Sólo el aumento neto de esa obligación, dedicado a no generar absolutamente nada más que su contención, equivale a un dinero que bien pudo ser suficiente para duplicar lo destinado al programa Jóvenes Construyendo el Futuro el año pasado, cuando éste ejerció 28 mil 930 millones de pesos que se repartieron entre 49 mil 751 becarios.
Pese a la dimensión del pasivo, el cual representa prácticamente una sexta parte del gasto público presupuestado el año pasado, los intereses que se han pagado por él son 48.7 por ciento más altos que la deuda todavía vigente.
Significa que se han destinado un billón 547 mil 736 millones de pesos, de dinero público, para pagar los rendimientos de los bonos IPAB –deuda que termina por ser parte de los activos de los bancos que invierten
en papeles del Estado– y todavía se deben un billón 40 mil 507 millones de pesos, más los intereses que genere este dinero con su manejo financiero.
El lunes la Comisión Nacional Bancaria y de Valores reportó que el año pasado las ganancias del conjunto de los bancos que operan en el país sumaron 182 mil millones de pesos, el mayor monto desde que hay registro. Esto implica que en 12 meses ganaron 11.8 por ciento de los intereses que el país ha pagado a lo largo de 27 años para rescatarlos.