Política
Ver día anteriorMartes 1º de febrero de 2022Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
Auspicia el CICR taller para hacer cubrebocas como paliativo a la espera de los migrantes
Foto
▲ Casi en todas las paredes de los albergues hay murales que intentan reivindicar la dignidad de sus residentes temporales.Foto Comité Internacional de la Cruz Roja/Armando Vega
Enviado
Periódico La Jornada
Martes 1º de febrero de 2022, p. 10

Tenosique, Tab., Sobrevivir en la pandemia o, mejor, sobrevivir de la pandemia. Ese mal que tiene desquiciado a la humanidad. Acá en Tenosique, un rincón en los confines del país, los centroamericanos que sueñan con llegar a Estados Unidos han encontrado un paliativo para la subsistencia mientras esperan los eternos tiempos que acompañan a la migración: elaborar cubrebocas.

Sus historias son diversas, sus motivaciones para emigrar múltiples. Franklin es nicaragüense y la salida de su país tiene orígenes políticos al distanciarse del régimen sandinista y tener desencuentros que pasaron de las agresiones verbales a las físicas. Allá elaboraba puros dentro de una dinámica industria en Nicaragua, lo que le permitía estudiar Derecho, pero la agitación política en ese país durante 2021 y la acumulación de tensiones lo obligaron a salir.

Desde noviembre pasado, cuando llegó al albergue de la 72, se incorporó junto con su esposa al taller donde se elaboran cubrebocas, el cual se echó a andar con el respaldo del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Un programa que auspició el organismo al donar maquinaria y los insumos necesarios para comenzar. Podría decirse que la pandemia generó un espacio de oportunidad para capacitar a migrantes, quienes al aprender un oficio eventualmente pueden incorporarse a las maquiladoras u otras opciones.

Originalmente, este proyecto surgió en Honduras, donde el CICR lo instrumentó como parte de sus programas para atender el grave problema del desplazamiento interno originada por la violencia y extorsiones. Belkis Lagos, responsable del programa de generación de ingresos en el CICR en Honduras, explica que la producción de cubrebocas en ese país inició para apoyar a productores que se dedicaban a otros oficios que, a pesar de que eran autosuficientes, sucumbieron ante las amenazas de bandas en la entidad que los obligaron a moverse de sus comunidades de origen.

Lagos menciona que el CICR respaldó la iniciativa de modificar el giro de su actividad ante el cierre de negocios provocado por la pandemia para elaborar cubrebocas, con el respaldo de capital aportado por el CICR. La pretensión es que estos proyectos sean autofinanciables a partir de una primera aportación del CICR, a fin de que con su consolidación se obtengan recursos para continuarlos y que obtengan ingresos propios.

De visita en la 72 para evaluar el proyecto, donde se instrumentó en noviembre pasado, Belkis explica que éste forma parte de un esquema de programas productivos que apoya el organismo en algunos albergues con un doble objetivo: capacitar a los migrantes para que puedan insertarse en la actividad productiva, además de que puedan contar con algún ingreso.

Paradójicamente, el programa enfrenta ahora un dilema por los imponderables de la pandemia y la dinámica de la migración. Gran parte de quienes participaban en el proyecto han tenido un momento de regocijo en su vida, al recibir una respuesta positiva a su petición de refugio o de visa humanitaria, por lo que han abandonado el albergue para continuar en búsqueda de mejorar su vida.

Por ahora el taller en la 72 está cerrado, ya que se ha destinado esa zona para el aislamiento ante el brote de covid que surgió hace 15 días, explica Francisco Santiago, responsable de atención humanitaria del albergue.

A la espera de la reapertura, Martha del Carmen Balán, técnica en diseño como oficio e instructora en el taller, asiste al lugar para despejar algunas dudas entre los pocos migrantes que por ahora siguen en el programa a la espera de su relanzamiento o modificación.

Aunque su contrato concluyó en diciembre, decidió permanecer de forma voluntaria: Es reconfortante saber que les proporcionas conocimientos para que ellos puedan ganarse la vida al incorporarse en una maquila, una forma para mejorar sus vidas, detrás de esas caras hay tantas cosas tristes..., es la explicación de Martha para continuar asistiendo sin paga.

Mientras tanto, la vida cotidiana en el albergue continua. Casi en todas las paredes hay murales que intentan reivindicar la dignidad de cada uno de ellos.