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Fandango del inframundo reúne historias que habitan versos y paisajes del sur de Veracruz

El espectáculo lleva a escena algo de la energía colectiva del son jarocho, cuentan Nathalia Fuentes y Kaleb Oseguera, los directores

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▲ La obra, que se estrenará el sábado, parte de pensar el teatro como convivio, fiesta y ritual que abre una grieta entre la vida y la muerte, afirman los integrantes de La Historia de Todxs.Foto cortesía de la compañía
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▲ La obra, que se estrenará el sábado, parte de pensar el teatro como convivio, fiesta y ritual que abre una grieta entre la vida y la muerte, afirman los integrantes de La Historia de Todxs.Foto cortesía de la compañía
 
Periódico La Jornada
Martes 1º de febrero de 2022, p. 7

Nathalia Fuentes y Kaleb Oseguera son directores de la puesta en escena Fandango del inframundo, obra multidisciplinaria que agrega elementos de teatro y marionetas a la música y bailes tradicionales jarochos.

El espectáculo surge de la necesidad de llevar a escena algo de la energía colectiva del son jarocho como expresión comunitaria de los pueblos del sur de Veracruz. A lo largo de nuestra vida hemos tenido la fortuna de estar cerca de los fandangos, y creemos que hay ahí una vitalidad escénica y comunitaria muy fuerte, explicó el dramaturgo Kaleb Oseguera.

Si bien los creadores del espectáculo no son originarios de dicho estado, Fuentes y Oseguera, miembros del colectivo La Historia de Todxs, encargados de escribir y montar la obra, desde hace años se han adentrado en el estudio de las manifestaciones culturales de Veracruz. El grupo, surgido en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), viajó durante varios años hacia dicho estado, con el objetivo de conocer bien la experiencia de los fandangos.

La propuesta, cuentan los creadores, parte de pensar el teatro como convivio, fiesta y ritual que abre una grieta entre la vida y la muerte. Es, además, una invitación a experimentar el fandango como un acontecimiento escénico, en el que se materializan las historias de inframundo que habitan en los versos, los paisajes y las personas del sur de Veracruz, a través del lenguaje de títeres y máscaras.

Durante cuatro años estuvimos yendo para allá, y en ese camino nos dimos cuenta de que lo que estábamos haciendo podía ser no solamente una obra de teatro, sino un elemento que dialogara y que se insertara dentro de lo que sucede en un fandango jarocho, detalló Oseguera.

Gracias a esas visitas al estado, Nathalia y Kaleb pudieron convivir tanto con músicos tradicionales como con bailarines. Fue así como conocieron a Patricio Hidalgo, quien les narró la historia del músico tradicional campesino Juan Polito Baxin, que terminaría siendo la base de la que partiría Fandango del inframundo.

Una noche, queriendo volver a su casa, Juan Polito alcanzó a escuchar el sonido de unas jaranas. Atraído por ellas, llegó hasta una choza donde al asomarse alcanzó a ver que estaba mucha gente conocida. En medio del baile, las personas comenzaron a transformarse en animales. Fueron imágenes que nos alucinaron desde el principio y queríamos corresponder a ellas, señaló Fuentes.

Los artistas decidieron utilizar títeres con la intención de sumar elementos al relato. De esa manera, además, podían explorar sus dudas y hacer propuestas sobre las metamorfosis de humano a animal tan populares en algunos pueblos de México. Para muchas comunidades originarias de nuestro país es un lenguaje y un imaginario muy común, explicó.

Una comunidad calla

Como resultado de todos esos estímulos, Fandango del inframundo pone énfasis en la música y las formas de vida que conviven en el sur de Veracruz. Es la historia de la última bailadora en una comunidad de la región. Ya nadie toca son ahí, ya nadie zapatea, y esta bailadora fallece, contó Fuentes.

Ante tal hecho, músicos de otros pueblos llegan a tocar música para la difunta. Sin embargo, la hija de la señora los corre. No puede haber música en un funeral, argumenta. Al día siguiente la comunidad amanece totalmente callada, razón que lleva a la nieta de la bailarina, una niña llamada Emilia, a partir en busca del sonido.

Se dan cuenta de que el sonido se fue porque la naturaleza le dio la espalda a los humanos, así como los humanos le dieron la espalda a ella, indicó Nathalia. Así, a través de su encuentro con músicas y animales, como El son del cascabel o El son del toro, Emilia va recuperando la música de su comunidad.

Por eso para Kaleb y Nathalia era importante aprender y entender las manifestaciones desde las comunidades en que se practican, de esa forma ese mismo mensaje lograría ser transmitido. La sabiduría que tiene la naturaleza y cómo hay muchos pueblos originarios en este país que son capaces de observarla y cuidarla, a partir de eso nacen muchas expresiones como el son jarocho, destacó Oseguera.

Fandango del inframundo se presentará del 5 al 13 de febrero en el Teatro Benito Juárez de la Ciudad de México.