Viernes 21 de enero de 2022, p. 23
Pekín. Las fuerzas armadas de China denunciaron ayer que el destructor estadunidense Benfold entró en aguas territoriales del país asiático en el mar de China Meridional sin autorización.
El portavoz castrense, Tian Junli, agregó en la red social WeChat que los buques de guerra chinos expulsaron al intruso
de la zona y subrayó que ese comportamiento de los estadunidenses es una prueba más de que intentan militarizar el mar de China Meridional.
Los hechos muestran claramente que Estados Unidos es el origen de los riesgos a la seguridad en la zona, así como el mayor agitador de la paz y la estabilidad en la región
, recalcó, al añadir que su país exige a Washington que cese de inmediato sus actos de provocación o tendrá que asumir las consecuencias.
Desde hace décadas Pekín mantiene una disputa territorial con varios países vecinos por las islas del mar de China Meridional.
En el lugar se descubrieron importantes reservas de hidrocarburos, en especial en las islas Xisha (Paracelso), Nansha (Spratly) y Huangyan (arrecife de Scarborough).
En la disputa están involucrados en mayor o menor medida Vietnam, Brunei, Malasia y Filipinas.
En este contexto, China y Rusia bloquearon en el Consejo de Seguridad de la Organizació de Naciones Unidas la solicitud que Estados Unidos presentó la semana pasada para sancionar a cinco norcoreanos a los que acusa de estar relacionados con el programa de armas de Pyongyang, tras los recientes lanzamientos de misiles por Corea del Norte, informaron diplomáticos a la agencia de noticias Afp.
El bloqueo de China tuvo lugar dos horas antes de una nueva reunión a puertas cerradas del Consejo de Seguridad sobre Corea del Norte, solicitada por Washington.
Rusia se sumó también a la oposición a la propuesta estadunidense.
Según el reglamento de la ONU, este bloqueo durará seis meses. Cuando concluya, cualquier país del Consejo de Seguridad puede prorrogarlo tres meses, y después un día más, antes de que la propuesta desaparezca de la mesa de la ONU.
Con Pekín, Moscú sigue desde hace tiempo la política de no presionar a Pyongyang, e incluso ha pedido suavizar las sanciones internacionales por razones humanitarias.