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Ciudad perdida

Razones para la propuesta de reforma eléctrica // Abusos históricos // Interpretación de una pausa

L

a discusión sobre la reforma eléctrica, que está en apogeo, tomó cauces que poco tienen que ver con el verdadero sentido de la propuesta a partir de una serie de maniobras que buscan tapar, como decíamos, las razones que impulsaron al gobierno a exigir cambios en beneficio de la gente.

Las controversias en el campo de la propuesta, aunque están inscritas en la producción de energía limpia y los costos que implican para el que la recibe, no son, por más que se trate de engañar a la gente, los motivos que dieron origen a la iniciativa.

Vamos. de lo que se trata y se debe hablar es del concurso del Estado para regular el mercado energético. Eso es lo que no se quiere discutir, ahí es adonde no se desea llegar porque entonces se tendría que valorar el derecho de la gente en contra de las empresas o de sus dueños.

Afortunadamente los hechos hablan. En España el problema no es cuánto cobran las compañías por brindar el servicio, sino cómo es posible que se permita a una o varias compañías condicionar una prestación que por su trascendencia en la vida cotidiana debe ser pública, a los intereses pecuniarios de los grupos de poder económico.

Cuidado. No se trata de prohibir, se trata de hacer justicia. Frenar la voracidad empresarial también es una obligación de los gobiernos que fueron electos con la finalidad de proteger los intereses de la mayoría y no para servir como administradores de los empresarios.

Entonces, la idea no va por el lado de cortar la participación empresarial, sino de limitar sus ansias voraces. Los problemas de falta de energía porque a las empresas no les conviene no es sólo de España, también se ha presentado en Estados Unidos, en Texas, donde se culpó a las energías limpias de una crisis que afectó a medio millón de familias, por citar los casos más conocidos, pero sin echar de lado que problemas como los que enfrentan los países citados también se presentan en otras entidades.

Por más de tres décadas la energía eléctrica, en buena medida, ha estado en manos de la iniciativa privada y eso no ha cambiado en nada el muy mediocre servicio que presta. Tampoco la Comisión Federal de Electricidad ha sido el factor que sirva para hacer más eficiente el suministro. Es más, aún ahora hay poblados en los que se carece de energía.

Así pues, el asunto es el Estado, es decir, nosotros en la administración de los bienes de la nación. Está probado ya que el mercado no se regula a sí mismo, la perversa falacia ya no engaña a nadie y, por lo tanto, las obligaciones de los gobiernos, representantes de la voluntad popular mayoritaria, tienen que ir en el sentido de impedir que la voracidad empresarial dañe el quehacer cotidiano de la gente. ¿Será que lo puedan entender?

De pasadita

Pausa, según el diccionario, es la interrupción breve de una acción o movimiento, y no se compara ni halla sinónimo en ruptura, así que no, México no rompe relaciones con España.

La idea es frenar a las empresas que se asentaron en nuestro país y que con base en triquiñuelas y sobornos, hasta donde nos han dicho, lograron obtener grandes fortunas.

No permitir más inversiones tramposas no es romper con el pueblo español, pero hacer un alto para recapitular, por ejemplo, en la cuestión de los negocios que se pretendan establecer o permanecer en el país no nos parece una mala idea, aunque para otros suene a escándalo, así que no se valen las malas interpretaciones, se trata de una pausa, nada más que una pausa.