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Texcoco: rescate ambiental y social
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uncionarios de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) se reunieron con comuneros e integrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), a quienes presentaron el estudio previo justificativo para declarar el lago de Texcoco área natural protegida.

Con la asamblea que se realizó en la explanada de San Salvador Atenco se avanza en el segundo de cinco pasos necesarios para dar ese carácter a la región donde el sexenio anterior se inició la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM).

Lo más significativo de este proceso que, de prosperar, culminará con un decreto presidencial en el Diario Oficial de la Federación, es que autoridades federales y el frente de los pueblos trabajen con una voluntad común en la recuperación de la zona lacustre.

El entendimiento en curso puede calificarse de histórico y permite avizorar el cierre del doloroso capítulo de represión y persecución contra los defensores del lago, cuyo momento más oscuro fue el brutal asalto de Atenco perpetrado por policías mexiquenses y federales el 4 de mayo de 2006, cuando Enrique Peña Nieto era gobernador del estado de México y Vicente Fox, presidente.

La iniciativa para rescatar este patrimonio natural y cultural ha puesto al descubierto la maraña de mentiras con que se impuso ese proyecto insignia del periodo neoliberal. En 2014 se dijo que la zona albergaba apenas 25 especies de plantas, y era poco más que un vertedero sin ningún valor ambiental, económico o social; hoy se sabe que el lago y sus alrededores sustentan a 253 especies de plantas, 276 de aves –muchas de ellas, migratorias, y que encuentran aquí un refugio vital durante el invierno–, 29 de mamíferos, 17 de reptiles, cinco de anfibios y otras cinco de peces, los cuales eran usados como alimento antes de que arrancaran las obras del cancelado NAIM.

Como destacó el líder del FPDT, Ignacio del Valle Medina, declarar el área natural protegida es una oportunidad de conservar el lago y recuperar su vocación hídrica para que siga siendo una fuente de equilibrio ambiental, no sólo para las comunidades sino para todo el valle de México, incluida su área urbana.

Con la cancelación definitiva del NAIM y la perspectiva de que las 14 mil hectáreas ocupadas por esa obra se conviertan en una zona protegida se habrá resuelto un añejo conflicto sociopolítico; adicionalmente, la medida tendrá indudables beneficios para el medio ambiente, la flora y la fauna del valle de México y eliminará el riesgo que ese proyecto suponía para la seguridad hidrológica de la capital del país. Sin embargo, debe considerarse que todavía queda un largo camino por recorrer, pues está pendiente revertir el grave daño al ecosistema causado por la intervención para construir el aeropuerto.

Cabe hacer votos por que el proceso de declaratoria referido concluya con éxito dentro de los plazos previstos, y la vocación del lago sea plenamente recuperada en el menor tiempo posible. Asimismo, es de esperarse que quienes todavía se empeñan en torpedear el rescate de Texcoco debido a intereses políticos y económicos entiendan que no hay marcha atrás en la conclusión de esta causa en beneficio de todos los habitantes de la región.