No tengas miedo de atacar, el secreto de Montañez durante el Medio Maratón
Miércoles 22 de diciembre de 2021, p. a12
Poco antes de las siete de la mañana del domingo sobre Paseo de la Reforma, Víctor Alfredo Montañez Martínez esperaba la salida del Medio Maratón de la Ciudad de México. El entrenador Rodolfo Gómez se le acercó para darle instrucciones en medio de la muchedumbre y susurrarle una última indicación.
No tengas miedo de atacar, no olvides que en la subida a todos les duele, no te preocupes; ya de ba-jada las piernas ruedan solitas
, le dijo Gómez y lo guardó como un mantra.
Víctor lo escuchó como si en esas palabras radicara el secreto de la carrera. Desde el arranque se concentró en no dejar escapar a los temidos corredores kenianos, fraguados desde niños en los caminos rojizos de su país, que en el Medio Maratón de la capital terminaron por conquistar el primer lugar con Robert Gaitho Gititu y enseguida Samuel Ndungu Mwangi. El tercer puesto fue del michoacano Montañez.
Después del tercer kilómetro se sintió la subida y ahí fue donde ellos dieron su primer jalón
, explica el michoacano sobre las estrategias en los maratones; eso tiene un efec-to sicológico porque los hace ver demasiado fuertes y los demás piensan que no están para hacer frente a semejante demostración, intimidan
.
Montañez reconoce que en el pasado cayó en la trampa. No esta vez, estaba tan concentrado que no dejó de presionar aun cuando Paseo de la Reforma castiga las piernas de los competidores en su ruta hacia Lomas de Chapultepec, donde alcanza su punto más alto de exigencia a 2 mil 306 metros sobre el nivel del mar.
Sentí la pendiente, pero las piernas respondieron, no deje de apretar a los rivales de Kenia
, relata; sí sentí el jalón, pero no me intimidó, yo seguí fuerte y en algún momento hice equipo con otro mexicano, Julio Ortiz, quien llegó en cuarto lugar. La estrategia funcionó
.
Montañez dijo que después del tercer lugar del domingo la gente se acercó muy emocionada de ver a un mexicano en el podio.
Eso se siente increíble, porque también hay un elemento de orgullo o amor propio en juego
, finaliza.