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Enseñanza recíproca ABCD

En la biosfera Tehuacán-Cuicatlán, modelo educativo innovador forma a adolescentes
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▲ En Puebla, en una pequeña escuela del Conafe, 24 jovencitos, la mayoría mujeres, cursan secundaria multigrado.Foto Luis Castillo
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▲ En Puebla, en una pequeña escuela del Conafe, 24 jovencitos, la mayoría mujeres, cursan secundaria multigrado.Foto Luis Castillo
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Periódico La Jornada
Lunes 22 de noviembre de 2021, p. 20

San Luis Del Pino, Puebla., Entre las montañas y rodeada por un bosque de pinos a más de 2 mil 200 metros de altitud, en el corazón de la reserva de la biosfera Tehuacán-Cuicatlán, 24 adolescentes, en su mayoría niñas, cursan secundaria multigrado en una pequeña escuela con un innovador modelo pedagógico, el Aprendizaje Basado en la Colaboración y el Diálogo o modelo ABCD del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe).

Apoyado en una enseñanza recíproca con tutorías personalizadas, en las que un alumno que aprendió una lección puede enseñar a otro, de su mismo grado u otro nivel, el modelo ABCD propone que cada estudiante elija un tema de su interés.

Una vez que se selecciona lo que se quiere aprender, se estudia con el apoyo de un líder para la educación comunitaria (LEC). Al lograr el aprendizaje, puede enseñarlo a alguien más, lo que permite compartir el conocimiento y al mismo tiempo reforzarlo, afirma Efraín, quien desde hace siete años colabora como LEC.

Con el modelo ABCD, el Conafe atiende a más de 295 mil alumnos de prescolar, primaria y secundaria en zonas rurales, comunidades indígenas y de migrantes jornaleross e incluso de población circense. Distribuido en 31 mil 981 escuelas o servicios en todo el país, capacitados por 31 mil 659 LEC, permite que comunidades de alta y muy alta marginación accedan a la educación comunitaria.

En medio de uno de los bosques de pino piñonero más aislado de Norteamérica, Yazmín y María, de segundo grado de secundaria, sueñan con seguir estudiando, pero la distancia impone desafíos.

El plantel de bachillerato más cercano a su comunidad está a dos horas y media por caminos de brecha. Acá es muy bonito, no hay contaminación; me gusta donde nací, pero cuando sea grande yo sí me quiero ir a la ciudad a estudiar, a conocer lugares. Quiero ser militar paracaidista, como esas mujeres que he visto en los desfiles, te da una emoción cuando las ves, dice Yazmín, quien quisiera cumplir el sueño de conocer un museo.

Su compañera María de las Nieves quiere ser fotógrafa y dar testimonio de la belleza de su localidad. Asegura que lo que más disfruta del modelo ABCD es que puedo aprender de mis compañeros. Cuando doy una tutoría, si pronuncio mal una palabra me corrige mi compañero o al revés, así te das cuenta de que hay cosas que no sabías. Hay un diálogo, no como en otras escuelas, donde nada más enseña el maestro.

Sin acceso a becas

En San Luis del Pino se multiplican las carencias. El clima frío semiárido no es propicio para el cultivo del maíz. De ahí que las familias deban gastar hasta 500 pesos por un bulto del grado que permite alimentar a una familia numerosa sólo tres o cuatro días, aunque vayas agarrando de a poquito. Lo que tenemos más a la mano son los frijolitos, que es con lo que la vamos pasando, señala María.

Pese a ello, la beca a que pueden acceder como alumnos de educación básica no llega para todos. Metimos los papeles, pero a unos les llegó y a otros no, y ese dinero sí nos ayuda porque pueden comprarnos zapatos y comida, es un apoyo, pero ahorita ya no está llegando mucho. Acá apenas alcanza para comer y dar una pequeña cooperación de 10 pesitos para las actividades de la escuela, como cuando hacemos una kermés.

Sin acceso a caminos pavimentados ni transporte y a casi cinco horas del hospital más cercano, la esperanza de un mejor futuro, sin embargo, subsiste. “Mi mamá me dice que le gustaría que terminara una carrera cuando yo sea grande. Me dice: ‘Yo no tuve la oportunidad, pero te vamos a apoyar con lo necesario, cuenta con mi apoyo’, y la verdad me siento orgullosa porque mis padres me lo dicen”, narra Yazmín, quien, junto con su hermano Isai, de primer grado de secundaria, son los primeros de su familia en cursar ese nivel educativo.

Agrupados en la Asociación Promotora de Educación Comunitaria, los padres de familia de la Secundaria Comunitaria Rural de San Luis del Pino recuerdan que hace cinco años iniciaron la aventura de solicitar la apertura de una secundaria Conafe en su comunidad, pues antes los menores iban a pie a un plantel a más de dos horas de camino.

Estábamos en el comité de padres de la primaria y cuando supimos que podíamos solicitar el servicio Conafe nos fuimos de inmediato hasta las oficinas de Tehuacán, y al año siguiente ya teníamos nuestra escuela. Al principio era precaria, pero luego el municipio nos construyó un aula. Estamos muy contentos porque con este modelo ABCD los niños aprenden, y les gusta venir a la escuela, afirma Yolanda, una de las madres de familia.