"La Jornada del Campo"
Número 170 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
AGRAVIOS

Comisión para atender los agravios al pueblo de México

Carlos A. Ventura Callejas Defensor de Derechos Humanos.

En recientes semanas, con beneplácito nos enteramos que el 6 de octubre de 2021 se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el Decreto por el que se crea la Comisión para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia de violaciones graves a los derechos humanos cometidas de 1965 a 1990. Se trata de un hecho histórico para nuestro país, ya que es un serio intento para atender las demandas que por décadas, víctimas de violaciones graves a derechos humanos han visto soslayadas por gobiernos anteriores. Dicha Comisión buscará, conforme a lo que el Decreto establece, llevar a cabo los trabajos necesarios para lograr el esclarecimiento de la verdad, el impulso a la justicia, la reparación integral y el derecho a la memoria, todo relacionado con los sucesos represivos acontecidos en la llamada Guerra Sucia. Además, quienes ahora integran esta Comisión también deberán dar vista a las autoridades ministeriales, judiciales, de atención a víctimas o aquellas que resulten competentes para el procesamiento de las mencionadas violaciones a derechos humanos.

Esta Comisión se convierte en un ejercicio interesante y una oportunidad poderosa por varias razones. Por un lado, es la primera vez que mediante un proceso plural, participativo y cercano a colectivos de víctimas del llamado pasado reciente, es decir, de las décadas de la Guerra Sucia, se logra un acuerdo en la materia con el Gobierno Federal, donde la centralidad de las víctimas se ve cristalizado. Vale recordar el fracaso de la llamada Fiscalía para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (FEMOSPP), episodio marcado por el gobierno de Vicente Fox quien sencillamente dio la espalda al impulso de la justicia y la verdad. Para nuestra desgracia, este hecho en el gobierno panista generó que la impunidad siguiera reinando en el pasado y presente en México.

Por otro lado, la Comisión ahora creada se convierte en punto clave para comprender la continuidad de la represión y las violaciones a derechos humanos en México, desde los sesentas y hasta la fecha: ¿qué permanece en las estrategias de represión y exterminio de los grupos que resisten y se organizan a pesar del paso de las décadas? Tratar de comprender el pasado de forma seria, contundente y ahora con voluntad del Estado, nos develará pistas para entender nuestro presente y erradicar toda violación a la dignidad de las personas y pueblos. Es más, esta Comisión podría coadyuvar a construir estrategias que podemos emprender para salir del doloroso agujero de la crisis de derechos humanos en la que todavía se encuentra México.

Algo que se puede convertir en punta de lanza, sería que esta Comisión describiera quiénes, cómo y cuándo hicieron todo a su alcance para dirigir la maquinaria estatal contra aquellas y aquellos que organizados buscaban una transformación del sistema y régimen político hegemónico; proponiendo igualmente estrategias que garanticen que nunca más en México el Gobierno reprima al Pueblo. El periodo que deberán investigar las y los integrantes de esta Comisión, hoy pareciera consenso, es la antesala del neoliberalismo de inicios de la década de los noventa. Es precisamente, en las tres décadas anteriores a los noventa que se intentó exterminar las resistencias y experiencias de talante revolucionario, que enfrentaban dignamente a un régimen político opresor y antidemocrático, y al capitalismo que se anunciaba en su fase neoliberal avizorándose engañosamente como el “remedio económico mágico” para el progreso de México.

La Comisión que ahora crea por Decreto el Ejecutivo Federal tiene por delante la tarea enorme de dar cuenta y develar públicamente lo que se ha mantenido oculto: la represión sostenida hacia quienes luchan. Conocer más el pasado reciente, nos dejará ver lo que hoy debemos atender urgentemente.

Asimismo, se hace deseable comprender de mejor manera qué sucedió en el ascenso y consolidación del neoliberalismo, en las últimas tres décadas; y más recientemente, reconocer los estragos cometidos por la llamada “guerra contra el narco”, donde el uso de las fuerzas armadas en labores de seguridad pública fue lamentable, dada la agudización e incremento exponencial de las violación graves a los derechos humanos.

Hacemos votos para que el Gobierno Federal actual ponga todo a su alcance para lograr el objetivo de quienes ahora conforman esta Comisión para el Acceso a la Verdad. Para lograr la justicia se requiere saber la verdad, y en ello se deben implicar plena y efectivamente todas las instancias del Estado mexicano, donde sin falta se incluyan las fuerzas armadas. Ojalá así sea. •