El legado del artista Pablo O’Higgins estará protegido gracias a las gestiones de su viuda, María O’Higgins (Rayones, Nuevo León, 1920) quien trabaja con investigadores del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap) en elaborar el inventario y la digitalización de obra bajo su custodia, así como garantizar que este patrimonio sea para el pueblo de México, informó a este diario Lucina Jiménez, titular del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal).

Recientemente, María O’Higgins manifestó su preocupación por la preservación del acervo de su esposo, el pintor y muralista mexicano de origen estadunidense; especialmente, pidió apoyo para la preservación de las obras que conserva.

En el extranjero lo comprarían a precio de oro, pero ese arte es de México y para México, dijo en entrevista en 2018, a pesar de haber recibido solicitudes de instituciones privadas.

Se integrará al Munal

Nacido en Salt Lake City, Utah, Pablo O’Higgins llegó a México en los años 20 del siglo pasado; trabajó con Diego Rivera en los murales de la Secretaría de Educación Pública y de Chapingo, mientras con Leopoldo Méndez fundó el Taller de la Gráfica Popular. En 1959 se casó con María de Jesús de la Fuentes Casas, primera egresada de la Facultad de Derecho de la Universidad de Nuevo León.

▲ María O’Higgings, durante una entrevista para La Jornada en enero de 2019.Foto María Luisa Severiano

La funcionaria federal mencionó que se hace una evaluación de la obra existente en el Inbal, mientras que la abogada, pionera en la defensa de los derechos de las mujeres, profesora y pintora, quien hace un mes celebró su cumpleaños 101, realiza una selección de la obra bajo su custodia, y permitirá que el trabajo de su esposo esté representado en la red de museos.

Hicimos una adquisición de obra por 2.5 millones de pesos, costo definido con María, señaló Jiménez. Después de un proceso de restauración y conservación, se integrará al acervo del Museo Nacional de Arte (Munal). A su vez, María O’Higgins realizó donaciones de algunos bocetos de los murales al Museo Mural Diego Rivera, a Chapingo y a la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México.