arios anuncios importantes se hicieron ayer en torno a la pandemia de Covid-19. Por un lado, el canciller Marcelo Ebrard informó que se llegó a un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos para reabrir nuestra frontera común terrestre a viajes no esenciales a partir del lunes 8 de noviembre; con el condicionamiento de que sólo podrán cruzar hacia el norte las personas con el esquema completo de vacunas autorizadas por la Organización Mundial de la Salud. Por otra parte, el secretario de Salud, Jorge Alcocer, anunció que los menores de 12 a 17 años que no presenten comorbilidades serán inoculados hasta el primer trimestre del año entrante, pues hay que esperar algún tiempo, hasta definir si alguna de los antígenos ya aprobados podría limitar el desarrollo natural de su sistema inmunológico para enfrentar otras enfermedades
. Finalmente, la Secretaría de Salud federal ubicó tanto al estado de México como a la capital del país en el color verde del semáforo epidemiológico, con lo cual a partir de este lunes la zona metropolitana podrá retomar todo tipo de actividades con la mayor normalidad habida desde el inicio de la contingencia sanitaria.
Tras casi 19 meses de distintos grados de restricciones a las actividades laborales, académicas, recreativas, culturales y deportivas, el tan anhelado semáforo verde supone un punto de quiebre en las vidas de los habitantes de la mayor concentración urbana del país, y una de las más grandes del planeta. Desde la semana entrante, los casi 22 millones de personas que viven en esta megalópolis podrán regresar a clases presenciales –en el caso de que no lo hayan hecho aún–, dejar atrás el trabajo remoto, asistir a eventos masivos al aire libre sin limitaciones de aforo, así como permanecer en antros, bares, cantinas y salones de fiestas hasta la una de la madrugada.
Se trata de un cambio de enorme relevancia por el número de personas involucradas, así como por el peso de la zona metropolitana del valle de México en el conjunto de la economía nacional. Ejemplo de que se viven tiempos distintos a los marcados hasta ahora por el coronavirus es que a mitad de semana los hoteles de los corredores del Centro Histórico, Condesa, Roma y Polanco ya presentaban una ocupación de hasta 85 por ciento para el periodo del 27 de octubre al 7 de noviembre, cuando se realizarán los primeros eventos masivos en más de año y medio: el Desfile Internacional del Día de Muertos, el 31 de octubre, y el Gran Premio de Fórmula 1, del 5 al 7 de noviembre. Un par de semanas después, el 20 y 21 de noviembre, se efectuará el festival de música Corona Capital que, junto con los anteriores, se cuenta entre los acontecimientos que generan una mayor derrama económica y convocan a visitantes de toda la nación y del extranjero.
Esta vuelta a la normalidad es posible gracias a que 98.7 por ciento de los 7.2 millones de adultos mayores de 18 años de la Ciudad de México cuentan con al menos una dosis de algún inmunizante contra el Covid-19, y a 81 por ciento ya se le aplicó el esquema completo. Sin embargo, y sin ánimo de desalentar las esperanzas abiertas con el semáforo verde, es necesario tener presente que ninguno de los biológicos disponibles garantiza una inmunidad total, y que la pandemia de ningún modo ha terminado. En este sentido, las autoridades capitalinas ya advirtieron que la asistencia a los eventos referidos o a cualquier otro deberá realizarse observando los protocolos de seguridad, incluido el uso del cubrebocas.
Cabe felicitarse por los avances en la lucha contra el Covid-19 y por la posibilidad de retomar las actividades cotidianas, pero también exhortar a la ciudadanía a encarar esta nueva fase con la máxima responsabilidad y cautela, a fin de evitar que el exceso de optimismo obligue a reinstaurar medidas de distanciamiento social y restricciones a eventos y negocios.