Las energías renovables están en boca de todas las personas en el mundo, pues las esperanzas de tener un mundo más ecológico están puestas en la producción de energía a través de los mal llamados recursos renovables, es decir, utilizar el sol, el aire y agua principalmente para producir energía eléctrica en el mundo. En nuestro país tenemos mucho sol, la irradiancia media está entre los 4 – 5 kWh/m2. También contamos con una industria minera de la cual se extraen minerales que se utilizan como materia prima para la producción de tecnologías renovables, como un módulo fotovoltaico, pero carecemos de la infraestructura para transformar el silicio en grado fotovoltaico para la producción de celdas fotovoltaicas. Esto significa que existe una dependencia del mercado externo globalizado para la implementación de este tipo de alternativas, pues lo mismo sucede con los aerogeneradores y las turbinas para las hidroeléctricas.
En México la industria solar lidera el mercado de las energías renovables y a medida que el desarrollo de esta industria ha ido creciendo, se han logrado ir abaratando los precios de algunos componentes, en la zona norte del país se han instalado la mayoría de las empresas solares, que van desde el ensamblaje de módulos fotovoltaicos hasta empresas de servicios de instalación de sistemas fotovoltaicos para los distintos usuarios del sistema eléctrico nacional. Haciendo un análisis sobre estas últimas, las empresas de servicios de instalación de paneles solares han logrado colocarse en la mayoría de los estados. Basta con acceder a internet para ubicar la más cercana a nuestro domicilio para poder hacer una inversión para el aprovechamiento de energía solar en nuestra casa o negocio. Pero ¿ cuánto realmente cuesta hacer una inversión de este tipo? Hay que tener claro que se necesitan más que módulos fotovoltaicos o paneles solares para poder producir nuestra propia electricidad, por tanto, podríamos decir que este tipo de servicio está compuesto de la siguiente manera.
En un servicio de instalación de módulos fotovoltaicos hay varios rubros, como por ejemplo el pago por la instalación, es decir, el pago a los trabajadores por instalar los equipos, que puede ir de un paraje a una cuadrilla para instalaciones de hasta 12 módulos. Por otro lado, al servicio se le tiene que agregar una utilidad que permitirá la rentabilidad de la empresa, este puede ir del 20% al 30%, dependiendo del tamaño del proyecto. Por tanto, en términos generales, en un proyecto entre el 70% y el 80% del recurso corresponderá a gastos y el resto será utilidad e impuestos. Mientras más bajo encontremos en el mercado el precio de una instalación significa que los equipos son de baja calidad, no incluyen todo lo necesario para asegurar su correcto funcionamiento y/o que las ganancias son muy bajas y por tanto será más difícil que los instaladores y trabajadores puedan acceder a un salario que le represente el acceso a una vida digna.
Cuando se habla de transición energética la mayoría de las veces solo se está haciendo referencia a una sola forma de energía, la energía eléctrica, pero existen muchas otras formas que son de mayor importancia para la vida, como el trabajo. Es por esa razón que diversas organizaciones estamos trabajando para llevar estos temas a distintos espacios, para poner sobre la mesa una transición energética justa y popular desde los trabajadores en energías alternativas, pues la energía no solo pasa por aspectos económicos y técnicos, pasa por aspectos sociales y ecológicos.
Desde las cooperativas de energía estamos luchando por dignificar y des masculinizar el trabajo en el sector energético y eléctrico, pues lo que se busca es que las y los trabajadores podamos acceder a aquello que hace parte de lo que nos permite una vida digna, como acceso a la salud, a una vivienda, y una forma de vida que permita generar relaciones sanas en nuestro entorno, y que sobre todo este trabajo abone al fortalecimiento de los procesos y lucha en defensa del territorio. Como cooperativas nuestra labor está en transformar la forma en la que se llevan a cabo los servicios de aprovechamiento de energía solar, pues nuestra principal responsabilidad es que se ponga en el centro de los proyectos a las personas beneficiarias de esta tecnología, ayudándoles a entender cuál es la necesidad energética (¿para qué queremos energías?), esto significa que hay que hacer un análisis de los hábitos de consumo de energía (¿para quiénes queremos energía?) hasta del contexto geográfico y territorial (¿cómo queremos energía?) de los usuarios de este tipo de tecnología para poder diseñar un sistema fotovoltaico, que más allá de ser una inversión, es una herramienta que debe estar a disposición de salvaguardar la vida. Las empresas que no son cooperativas muy difícilmente se saldrán de la lógica del mercado para ofrecer sus servicios, por lo que estás solo buscan acceder a clientes que cuentan con capacidad económica y dejan de lado lo antes mencionado. Pues la energía no es una mercancía es un bien com0ún, el cual debe estar a disposición de todas y todos. Los sistemas fotovoltaicos deben estar diseñados para permitir el acceso a la energía eléctrica para el buen vivir. •