La experiencia de colaboración entre México y Argentina para la fabricación de la vacuna contra el coronavirus desarrollada por la Universidad de Oxford y el laboratorio AstraZeneca, puede ser el modelo para cubrir las necesidades de protección contra otros padecimientos en América Latina, afirmó Alfredo Rimoch, director del laboratorio nacional Liomont, en cuya planta se realiza el envasado del biológico.

Para ello, dijo, se requieren compromisos de largo plazo con los fabricantes a fin de que las inversiones puedan realizarse.

En el proyecto de la vacuna contra el Covid-19, el acuerdo inicial es por 150 millones de dosis y ya ha habido entregas en México y varios países de Centroamérica.

Destacó que en la región latinoamericana viven más de 600 millones de personas y hay problemas de salud como dengue, zika, chikunguña, chaga y otros, que podrían prevenirse o controlarse con medicamentos que se elaboren mediante esquemas de coordinación entre las naciones.

El empresario participó ayer en el 36 Congreso Internacional de Farmacias, organizado por la Asociación Nacional de Farmacias de México (Anafarmex), donde destacó el trabajo para fabricar la vacuna de la Universidad de Oxford y AstraZeneca. La materia prima se fabrica en el laboratorio argentino mAbxience y el envasado se realiza en Liomont.

Estas vacunas cumplen el requisito establecido por la universidad británica de que en su venta no haya fines de lucro durante la emergencia sanitaria por Covid-19.

Recordó que el acuerdo auspiciado e impulsado por la Fundación Carlos Slim se inició en agosto de 2020 y en marzo de 2021 empezó la fabricación de los primeros lotes. Fue posible por varios factores, entre ellos la decisión de utilizar instalaciones farmacéuticas ya existentes.

En el caso de Liomont, Rimoch recordó que en 2019 había inaugurado la planta para la producción de vacunas recombinantes (elaboradas mediante ingeniería genética) y mAbxience tuvo en 2020 una planta nueva para cultivo celular. Ambos lugares son el resultado de inversiones de varios años atrás.

Subrayó la importancia de que los países recuperen su capacidad de producción farmacéutica, como la tuvo México en la década de los 90 del siglo pasado, cuando era autosuficiente en la fabricación de vacunas.

Actualmente se fabrican muy pocas y consideró que por cuestiones de precio se ha preferido comprar todas en el extranjero.