La mayoría no escucha música, sino lo que ofrecen los medios: The Residents
siempre tuvo una relación de amor-odio con la música pop, aseveró su vocalista Homer Flynn.Foto Cryptic Corporation
Miércoles 6 de octubre de 2021, p. 4
De todos los grupos que uno puede considerar lejanos, The Residents parecía ser uno de los más inaccesibles, ya que su imaginario de identidades como incógnitas y rostros de ojo ocular con galera inspiraban a creer que habitaban en algún laboratorio bajo tierra, componiendo discos y conspirando en proyectos, más alejados de la superficie que los meros mortales de los puntos más lejanos de la tierra. Con el tiempo dieron algunas notas y hoy día es posible entrevistar a su cantante Homer Flynn, sólo que como encargado de Ralph Records, el sello en el que se auto-edita junto con otros grupos desde 1974. Sólo hay unas reglas para entrevistar a Flynn: no le preguntes quiénes son The Residents y hay que referirse al grupo en terce-ra persona.
El elenco del imaginario del único integrante permanente original de The Residents se amplió en su reciente disco: Metal, Meat and Bone (2020) contiene covers de un blusero albino llamado Alvin Snow. Se puede asumir que el grupo prefiere crear una historia nueva antes que seguir las mismas tácticas de difusión: “La canción Die, Die, Die fue escrita por Alvin Snow, quien fue el foco de este álbum. Él trabajaba bajo el nombre de Dyin’ Dog. No estoy seguro qué lo inspiró a escribir esa canción. En definitiva fue infuenciado por el blues de Howlin’ Wolf. The Residents también tuvieron su influencia blusera en Bo Didley, quien tiene una reputación como pionero del rock, pero su raíz esta en el blues, no se puede negar”.
Desde el momento en que crearon su propio casillero sónico, el hermetismo de The Residents creó una relación especial con sus seguidores: La realidad es que la mayoria de la gente no escucha música, sino lo que le ofrecen los medios. No profundizan en sus gustos, entonces los oyentes que encuentran a The Residents están interesados en buscar más allá de las opciones que le propone la industria
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Para un conjunto que ofrecía la menor cantidad posible de pistas sobre su identidad, lograron una identificación particular entre las partes: El hecho de poder conectar con gente aislada en todo el mundo, creo que ellos pueden estar orgullosos de eso, aunque cuando empezaron no estaban seguros de que iban a tener una audiencia
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Máscaras y sátira
Las teorías conspirativas, ya sea Anonymous destapando la farsa de la cienciología o QAnnon organizando la toma del capitolio, dan cuenta de una época en la que las organizaciones de enmascarados son parte relevante de la política en Estados Unidos, un asunto que satirizaron desde sus comienzos: Ellos vienen escapando del sur porque era muy conservador, muchos de los valores prominentes en esos lugares están presentes hoy día en todo el país; a esta altura The Residents están contentos de vivir en California, donde no funcionan de forma tan opresiva. Obviamente Internet permitió que el anonimato florezca, casi todos pueden esconderse bajo la sábana y puede decirse que estuvieron al frente de eso desde los setentas. The Residents no son extremistas de ningún tipo y siempre objetaron a la extrema derecha
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Tal como explica Flynn, desde sus inicios oscilaron entre el rechazo a la cultura pop, su reduccionismo autómata y repetición perpetua, pero también como buenos adolescentes de los 60 sintieron una fascinación hacia las expresiones con las cuales crecieron: “Hubo una relación de amor-odio con la música pop. Por un lado el avant garde, por falta de una mejor definición, es parte de su música, pero también piensan que el entretenimiento es un valor importante, así que intentaron agregar melodías memorables como se supone que debe tener una canción pop: la contraposición de una capa sobre la otra crea una tensión interesante y ése es el territorio que habitamos”.
En la entrevista Flynn menciona el gusto de The Residents por Kurt Vonnegut, Philip K Dick, Stevie Wonder y Sam & Dave.
En la actualidad trabajan en un filme que vienen postergando hace más de cinco décadas: “el proyecto está cerca de ser completado, se llama Triple Trouble y es una extensión de Vileness Fats de mediados de los setentas. Hace cinco años filmaron algunas escenas y con las cancelaciones de espectáculos por el Covid rescribieron otro guion, usando al material viejo como flashbacks. Ahora trabajan en la banda de sonido y la edición final. No es tanto la idea del guion lo que los llevó de vuelta a la película, sino que odian dejar algo sin terminar”.