El etiquetado frontal de advertencia en alimentos, cuya aplicación comenzó hace un año, obligó a las empresas a cambiar sus formulaciones, aseguró la Alianza por la Salud Alimentaria.

Alejandra Contreras, coordinadora de salud alimentaria en El Poder del Consumidor, señaló que esa organización constató lo anterior y aseguró que la reformulación de los productos tras la aplicación de la medida ha ocurrido masivamente, en especial en el portafolio de trasnacionales, las cuales han reportado cambios de 56 por ciento, en promedio, en sus productos.

Lo anterior ha permitido una oferta alimentaria con menores cantidades de nutrientes dañinos y que se tomen decisiones más informadas que cuando existía el etiquetado GDA, dijo.

Según esa alianza, el entorno alimentario en el país ha cambiado favorablemente, permitiendo que los consumidores puedan conocer de forma rápida, sencilla y veraz el contenido de nutrientes críticos, como azúcares; grasas saturadas, trans; sodio, y calorías, en envases.

Paulina Magaña, de la misma instancia, confirmó que también la restricción de personajes en productos con sellos o leyendas ha sido exitosa; por ejemplo, en bebidas azucaradas dirigidas a niños, 39 por ciento tenía personajes en marzo de 2020 y para julio de este año, el porcentaje bajó prácticamente a cero.