Cumbre de las naciones unidas sobre sistemas alimentarios
Organizaciones de sociedad civil piden a AMLO un papel activo y congruente
Desde que António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas hizo pública su intención de llevar a cabo una cumbre mundial sobre los sistemas alimentarios en 2019, el proceso ha estado saturado de cuestionamientos, los cuales subsisten hasta el momento.
Estos cuestionamientos no se refieren a la innegable necesidad de reformar los sistemas alimentarios para enfrentar el momento crítico que viven la humanidad y el planeta, sino al hecho de que la cumbre ha sido concertada principalmente con actores que representan sectores en los que predomina una visión tecno cientificista vinculada a los intereses de grandes corporaciones relacionadas con la biotecnología, la producción de agroquímicos y la producción industrial de alimentos, al tiempo que se marginó al órgano de gobernanza del Comité de Seguridad Alimentaria de FAO (CSA), en la que no sólo participan los gobiernos, sino del que forma parte el Mecanismo de la Sociedad Civil internacional, en el que están representados cientos de pueblos originarios, organizaciones de productores y de defensores del derecho a la alimentación y académicos.
A unos pocos días que se lleve a cabo en Nueva York la Cumbre Mundial sobre los Sistemas Alimentarios, organizaciones campesinas e indígenas, organizaciones y colectivos de la sociedad civil, investigadores y observatorios universitarios del derecho a la alimentación enviaron al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador la Postura de organizaciones de sociedad civil frente a la Cumbre de Sistemas Alimentarios de Naciones Unidas, junto con una carta pidiendo que la representación de nuestro país en este foro internacional sea congruente con la política nacional impulsada por su administración, y convoque a una transformación profunda para que los sistemas alimentarios cumplan con el propósito de que todas las personas en el mundo gocen plenamente del derecho a una alimentación nutritiva, suficiente, de calidad y culturalmente apropiada para la vida y salud de las personas y del planeta.
Debido a que las principales causas de hambre y migración forzada en el mundo son las guerras y ahora, el cambio climático y a que éstas dos están estrechamente vinculadas, se ha pedido también al presidente de la República que, con base en estos elementos, nuestro país proponga o se adhiera a una reducción significativa de la huella de carbono y la contaminación originada en los sistemas alimentarios del planeta como una medida urgente frente a la crisis climática.
La comida no es sólo nuestro vínculo más cercano al medio ambiente, sino parte integral de quienes somos, reflejando nuestros valores como sociedad y las infinitas relaciones con el territorio del que somos parte. Estas relaciones se han ido moldeando a lo largo de los años, haciendo de México uno de los países más biodiversos y culturalmente ricos del mundo. Por ello, nuestro país debe ser uno de los proponentes de un compromiso mundial para eliminar la injusticia sistemática a quienes forman parte de la cadena de producción alimentaria, la protección de las semillas nativas y la reducción sustancial de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de los sistemas alimentarios en los próximos años, no sólo con base en medidas tecnológicas, sino protegiendo la biodiversidad y la agroecología.
En esta Cumbre dominada por las corporaciones, la postura de México debe hacer eco de la voz de los pueblos, para convocar a la profunda transformación de los sistemas alimentarios para que sean justos socialmente, sostenibles ambientalmente y saludables para las personas y el planeta.
En este sentido, las organizaciones de la sociedad civil pedimos que la representación del Gobierno de México utilice esta plataforma global para retomar y exponer las siguientes demandas, las cuales transitan transversalmente en tres ámbitos principales, el agroalimentario, el medioambiental y el referente a la salud y nutrición de las personas: que el eje rector de las propuestas de la Cumbre sean los Derechos Humanos; que el Estado mexicano impulse y promueva políticas públicas integrales en torno a los sistemas alimentarios, desde la producción hasta el consumo; que la agroecología sea el principio central de los sistemas alimentarios en la Cumbre, para transitar de ser productores de GEI a un modelo sostenible; que se desarrollen mecanismos para salvaguardar a los sistemas alimentarios del conflicto de interés y la captura corporativa; que se diseñen mecanismos e instrumentos con fuerza jurídica vinculante para atribuir responsabilidades a quien actué en detrimento de los derechos humanos; que los sistemas alimentarios combatan la pobreza y la inequidad; que los comestibles ultraprocesados, fórmulas infantiles y su publicidad sean regulados en todo el mundo; que se reconozca la relación entre los sistemas alimentarios, el cambio climático y la salud de las personas y el planeta y; que se promueva la educación para la sustentabilidad de los sistemas alimentarios. •