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Sepultan a Mía, niña víctima del derrumbe en el Chiquihuite
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 17 de septiembre de 2021, p. 33

Tlalnepantla. Méx., La niña Mía Mayrín Mendoza Campos, de tres años, cuyo cuerpo fue rescatado tras el derrumbe del pasado 10 de septiembre en el cerro del Chiquihuite, fue sepultada en el panteón municipal de Tlalnepantla.

El cortejo fúnebre partió al medio día de ayer del número 404 de la calle Tepoxtli, de la colonia Lázaro Cárdenas tercera sección, donde Armando Mendoza López, padre de la menor, consiguió que sus vecinos le prestaran una morada para velar a su hija.

Mía fue la segunda persona rescatada sin vida de entre los escombros del desgajamiento de rocas en la colonia Lázaro Cárdenas, siniestro que al momento ha ocasionado el desalojo de 141 casas y al menos cuatro quedaron aplastadas, entre ellas la vivienda de Armando Mendoza, que habitaba con su esposa y dos hijos.

Al paso de la carroza por las calles, muchos pobladores y comerciantes suspendieron labores y guardaron silencio, como gesto luctuoso. ¡Estamos con ustedes!, se escuchó. Mujeres y hombres lloraron en esta región de Tlalnepantla por la tragedia familiar.

La Presa, como se conoce esa zona, se urbanizó hacia la parte alta del cerro del Chiquihuite y dio origen a las tres secciones de la colonia Lázaro Cárdenas, donde hace 40 años la Comisión Reguladora de Tenencia de la Tierra (Corett), con el aval de autoridades estatales y municipales, extendió títulos de propiedad a familias que se establecieron debajo de la ladera rocosa de la Sierra de Guadalupe.

Armando Mendoza sepultó a su pequeña hija y regresó a la calle Exploradores de Chimalhuacán, segunda sección, donde seguirá buscando los cuerpos de su esposa Paola Daniela Campos Robledo, de 22 años, y su hijo Jorge Dilan, de 5.

El jueves, elementos del Ejército, Marina, Guardia Nacional y de protección civil estatal y municipal continuaban en la denominada zona cero en busca de los cuerpos.

Autoridades estatales reiteraron el llamado a los habitantes para que abandonen la zona –un perímetro de 200 metros cuadrados, que abarca al menos 141 casas–, pues advierten el riesgo de un nuevo desprendimiento. Actualmente, 50 personas se encuentran en cinco albergues habilitados.