GUANAJUATO / QUERÉTARO
Bajío, altos rendimientos y maíces nativos
La región 25 de la Estrategia de Acompañamiento Técnico (EAT) denominada como “Bajío”, está conformada por los estados de Guanajuato y Querétaro. En ella, se atiende principalmente los cultivos de maíz en el ciclo primavera-verano y trigo en el ciclo de otoño-invierno. A pesar de tener cercanía geográfica, las condiciones ambientales, así como los tipos de agricultura que desarrollan los campesinos, se distinguen claramente.
En Guanajuato, Irapuato es uno de los principales municipios con agricultura extensiva y de pequeña y mediana escala con alta productividad. El maíz, trigo y sorgo, son los cereales que se destacan por su producción en la región. La agricultura que prevalece, en su mayoría es de tipo convencional, con empleo de fertilizantes y agroquímicos; con una productividad que oscila entre 10-15 toneladas por hectárea de maíz blanco.
Como respuesta a esta problemática, se desarrollan actividades como parte del programa Producción para el Bienestar (PpB), a través de la EAT en varios municipios de la región. En el municipio de Irapuato, la EAT se lleva a cabo en localidades donde se cultiva en condiciones de riego y temporal, con productores organizados en Escuelas de Campo (ECA), donde sus conocimientos son la chispa para generar el cambio de paradigma agrícola arraigado en la región, por ello, se han propuesto e implementado prácticas agroecológicas desde el año 2020. Productores como Luis Zavala, del ejido La Soledad, está interesado en generar un cambio en la forma de producir. En su cultivo de maíz se aplicaron diferentes prácticas agroecológicas desde la preparación del terreno: balanceo del pH con uso de ácido acético; inoculación de la semilla con un consorcio microbiano; aplicación de lixiviados como parte de la nutrición foliar: instalación de trampas para plagas como el gusano cogollero. Al final del ciclo primavera-verano 2020, se incrementó de 11 a 12.5 toneladas de grano con respecto al 2019, además de una reducción en costos de producción del 15%.
Conforme la EAT avanza, se incrementa el interés por parte de nuevos productores que se integran a las ECA, formándose como promotores de prácticas agroecológicas y sustentables.
Hablemos ahora del municipio de Amealco de Bonfil en el estado de Querétaro, el cual cuenta con una notable variedad de maíces de colores, dentro de los que destacan cuatro variedades amarillo, negro, rojo y blanco. Uno de los objetivos de la EAT es generar estrategias de comercialización en las cuales se privilegie la calidad nutracéutica de estos granos. Las prácticas agroecológicas propuestas como parte del acompañamiento técnico, surgen de la problemática identificada a través del diagnóstico del sistema de producción desarrollado a partir de 2019 de manera participativa con los productores del municipio, quienes han manifestado interés y entusiasmo para promover iniciativas socioeconómicas como la elaboración de alimentos balanceados para el ganado, para la cual se destina principalmente el maíz amarillo. Además, por las características nutricionales distintivas de las semillas de colores antes mencionadas, se abre la posibilidad de incursionar en mercados más atractivos para los productores ya que por sus atributos antioxidantes, cada vez el mercado demanda una mayor cantidad de estas semillas, pagando por ellas mejores precios.
Por otra parte, cada vez más productores y productoras muestran interés en participar de forma organizada en la creación de bancos de semilla comunitaria, como en las comunidades de El Capulín, San Pedro Tenango y Santiago Mezquititlan, entre otras que comienzan a impulsar estas iniciativas.
Con la finalidad de aprovechar estas áreas de oportunidad, la propuesta de acción se plantea como meta para el año 2022 afianzar vínculos con compradores para la comercialización de los maíces de colores, lo que requiere un esfuerzo conjunto entre los productores organizados y el apoyo del Técnico Agroecológico como facilitador del proceso.
La riqueza biológica de nuestro país, así como de los sistemas de producción desarrollados por los campesinos y sus familias, son una fuente de recursos y conocimiento que es importante valorar y conservar. A través de la labor de los equipos técnicos, la EAT busca fortalecer estas agriculturas desde una perspectiva integral que no privilegie o relegue las variables ambientales, económicas y sociales, sino que busque un desarrollo armónico, justo y pertinente a las necesidades de la población. •