Saclamantón es una comunidad 100% indígena de la etnia tsotsil ubicada en el municipio de Chamula, Chiapas. Se localiza a 5.6 km de San Juan, la cabera municipal, y en ella habitan poco más de 1700 habitantes (700 hombres y 1000 mujeres aproximadamente). El cultivo principal en la comunidad es el maíz y 63 productores de este grano reciben el apoyo económico del Programa Producción para el Bienestar (PpB) de la SADER. El PpB es uno de los 25 programas prioritarios impulsados por el gobierno federal.
En el mes de agosto de 2020, estos productores de maíz, fueron invitados a participar en la Estrategia de Acompañamiento Técnico (EAT) que se opera en Chiapas a través del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) a fin de transitar hacia un sistema agroecológico de producción de maíz en la localidad.
Al realizar la caracterización del sistema de producción de maíz, se encontró que el cultivo de este grano ha estado basado en los últimos años en la utilización de productos químicos como la urea para fertilizar, el glifosato para controlar las hierbas no deseadas y la cipermetrina para combatir la plaga del gusano cogollero que ataca al cultivo. Adicionalmente se encontró que en el almacenamiento del maíz se utilizaban pastillas de fosfuro de aluminio a fin de prevenir plagas. El uso de todos estos agrotóxicos, la mayoría de las veces sin asistencia técnica y excediendo las dosis recomendadas, estaba vulnerando la salud de las personas que consumían este maíz y estaba dañado excesivamente la microbiota del suelo, afectando su fertilidad, cambiando su estructura física y química y haciéndolo poco productivo con el paso de los años. Además de afectar a las personas y al suelo, hoy se conoce que el glifosato afecta enormemente la vida silvestre de organismos vivos, principalmente aquellos que habitan sistemas hídricos.
La EAT propone recomponer el sistema de producción de maíz nativo en Saclamantón mediante diversas prácticas agroecológicas. En primer lugar, evitar la quema de residuos de cosecha del ciclo anterior reincorporándolos al suelo y así incrementar su contenido de materia orgánica; rescatar y cultivar microorganismos locales para su uso en la recuperación de la microbiota del suelo; utilizar y conservar los maíces nativos de la localidad; y recuperar el sistema de producción de milpa para que en lugar de producir solo maíz se coseche también frijol (negro y boti), calabaza o chilacayota, chile, tomatillo, haba o chícharo, entre otras opciones que abona a la agrobiodiversidad.
Asimismo sustituir la utilización de urea por lixiviados de lombriz y otros biofertilizantes preparados con materiales de la misma localidad; abandonar el uso de glifosato previniendo el surgimiento de hierbas no deseadas a través del sistema de milpa y el control físico y no químico (coa, azadón, machete, arranque, coberturas, etc); cancelar el uso de cipermetrina y realizar el control del gusano cogollero y otras plagas mediante el uso de trampas y/o controles biológicos (hongos, bacterias, parásitos, enemigos naturales, etc). Para conservar el grano que se produce, sin utilizar el fosfuro de aluminio, se propuso a la comunidad utilizar el almacenamiento libre de oxígeno a través de bolsas, botes, y cilindros metálicos que evitan el ataque de plagas de almacén y no contaminan el alimento.
A partir de las necesidades de los productores, el equipo técnico de la EAT desarrolla los proyectos de banco de semilla, fábrica de bioproductos y almacenamiento postcosecha mediante la metodología de las Escuelas de Campo (ECA). Una vez que se adopten las prácticas propuestas en el Plan de Transición Agroecológica, tal vez en los próximos dos o tres años, se alcanza el objetivo de tener alimentos limpios y sanos a través de un sistema productivo sostenible y resiliente que permita mejorar la autosuficiencia alimentaria de la localidad. Junto a los productores, en las ECA se suman 43 jóvenes de la localidad, que reciben una beca del Programa Jóvenes Construyendo el Futuro de la STYPS. Estos jóvenes serán los encargados de sostener y dar continuidad a los sistemas de producción agroecológicos y difundir sus beneficios. •