Número 167 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
Transiciones agroecológicas
Don Ramón en su parcela en transición agroecológica. Luis Javier Peña Robles

JALISCO / OCCIDENTE DE MÉXICO

Conservación y producción de maíces criollos agroecológicos

Luis Javier Peña Robles. Técnico agreocólogo

Este texto refleja una parte de las experiencias vividas en los últimos ciclos de cultivo de maíces criollos agroecológicos, donde se han generado resultados positivos en el contexto de la Estrategia de Acompañamiento Técnico (EAT), del programa Producción para el Bienestar (PpB) de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), del Módulo de Intercambios y Conocimientos en el occidente de México. Aquí se relata parte de la convivencia y diálogo con el Guardián de semillas, Don Ramón Vázquez.

Un día de junio, desde la parcela y biofábrica “La Lombricera”, la primera Escuela de Campo (ECA-MICI) del Módulo de Intercambio de Conocimientos e Innovaciones, pregunté a Don Ramón, productor líder agroecológico de la EAT del ejido Anexo La Cañada: ¿Qué significa el maíz criollo?

- El maíz criollo es recordar el tiempo de niñez, donde comencé y aprendí a trabajar con papá y abuelo. Que se perdieran los maíces criollos en la zona y que pudiera volver hacerme de ellos es una cosa grandiosa, un gusto que me volví a dar. Soy de los pocos en el municipio que aún tiene. Hay que cuidar que no se crucen, darles la atención y seguir sembrando para conservarlos. Producir maíz criollo me ha dado familia, amigos y mucha gente reconoce mi trabajo y eso tiene un gran significado para mí. Un día los dejamos de sembrar y los cambiamos por semillas mejoradas, desechables. Ahora hemos dado vuelta a la tortilla, y tener los maíces criollos es volver a disfrutar, soy un Guardián de semillas.

Durante las labores de deshije de maíces criollos, un día de julio, Don Ramón nos compartió su reflexión sobre la transición agroecológica.

- Hace 7 años me hicieron daño los insecticidas y venenos. El doctor los quitó. También dejé la siembra de maíces híbridos, ya no daban ganancia y había que estar pagando mucho al patrón. Comencé a sembrar pasto rodex en mis parcelas. En la duraznera donde trabajaba salí enfermo con diabetes, presión alta y ahí sentí eso que llaman depresión. Me pregunté ¿Y ahora qué voy hacer si ya no puedo sembrar? Mi hermano Salvador me apoyó, él trabajaba donde producían lombricomposta y me aconsejó continuar. Ese mismo día platicamos y animado pedí materiales e iniciamos la construcción de una lombricera tipo cantero. Seguimos trabajando las parcelas, y en ese primer año no dejamos todo el químico, pero si redujimos los venenos y ahorramos en gastos.

Durante una gira de intercambio de experiencias agroecológicas entre campesinos que trabajan el MICI, Don Ramón comparte su experiencia:

El año pasado conocimos a los ingenieros e iniciamos un trabajo de manejo agroecológico. Yo trabajaba mis preparados, pero nunca al nivel que alcanzamos en esa siembra. Aplicamos el agua oxigenada, el vinagre, vacuna, el azufre, silicio y carbón al suelo; biol de nopal, miel y supermagro para los foleos, y sembramos hasta 9 plantas por metro de surco. Una preparación que nunca había soñado y que ya comenzamos desde el año pasado. En 2021 continuamos, es el primer año diferente, pues la siembra es 100% limpia, dejamos el glifosato. Actualmente preparamos bioinsumos y aplicamos con tiempo. Viene el trabajo de deshije y hay que seguirle para que la milpa tenga cuerpo para cuando dé espiga y jilote, tenga ganas de hacer elote. Este ejemplo es para quien quiera comprobar que sí se puede trabajar sin venenos. El paso de dejar el glifosato es el trabajo de desintoxicar la tierra y esto es el último pasito, ya estamos en camino correcto.

En 2020 en la primera ECA, se obtuvo una producción de 4 toneladas de maíz por hectárea y se obtuvieron 350 kg de semilla de maíces criollos. El grano alcanzó un precio de 20 pesos el kg y la semilla de 100 pesos el kg. Desde una parcela de Don Ramón, en julio del 2021 reflexionamos sobre el esfuerzo que implica no utilizar herbicidas, y sobre los retos de la comercialización de maíces criollos agroecológicos:

La comercialización ha sido difícil con la pandemia. Hubo ocasiones que llegaron clientes que se llevaban todo el maíz, ahora estuvieron viniendo gente desde Guadalajara y se han estado llevando mes con mes el maíz, 200 a 300 kg. No me quejo, ahí la llevamos. Este año tenemos que lograr la comercialización de maíces criollos agroecológicos. Se está empezando a cumplir un proyecto que estaba siendo imposible. Afortunadamente por Dios y el equipo de técnicos agroecológicos, investigadores y el trabajo de campesinos las cosas caminaron bien y ahora se busca comercializar el maíz producido agroecológicamente con diferentes compradores de la región. De nuestra parte está que este maíz se produzca sin venenos y con su ayuda poder comercializar la cosecha del grupo, es un reto que solo puede ser alcanzado colectivamente.

La EAT en la Región Ciénega de Chapala se ve enriquecida con la experiencia de producción de maíces criollos agroecológicos en la primera ECA del MICI, llevada a cabo por el productor líder agroecológico Don Ramón Vázquez y los técnicos agroecológicos Luis Peña y Rosa Montejo. •