La contienda por la dirigencia nacional del PAN arrancó ayer luego de que el Consejo Nacional del partido aprobó por mayoría la integración de la Comisión Organizadora Nacional de la Elección del Comité Ejecutivo Nacional (Conecen), la cual quedó presidida por Gonzalo Altamirano Dimas.

Adriana Dávila, aspirante a la presidencia del partido, acusó a la instancia de parcialidad, pues seis de los siete integrantes están ligados o deben sus puestos a Marko Cortés, actual jefe nacional del blanquiazul interesado en la reelección. No puede haber imparcialidad en el proceso electoral con una comisión de estas características, lamentó la diputada.

El agrupamiento se conformó después de que Cortés Mendoza reclamó, en un mensaje inicial a los consejeros, que el gobierno federal se ha convertido en una fábrica de pobres y pudo haber pactado con el crimen organizado para ganar, en las elecciones de junio pasado, las gubernaturas ubicadas en la costa del pacífico.

Frente a los señalamientos de algunos de sus correligionarios, como el senador Gustavo Madero, en torno a que los números obtenidos no fueron buenos, el dirigente insistió en que su partido sí avanzó en los comicios. Enumeró que de 40 distritos ganados en 2018, se pasó a 71, de manera que la bancada en la Cámara de Diputados crecerá de 80 a al menos 112 legisladores.

Calificó como inexplicable la pérdida de la gubernatura de Baja California Sur, porque se hizo una buena campaña y hubo buenos candidatos, mientras aseguró que se perdió la de Nayarit porque el gobernador la entregó.

Ante las críticas de que la alianza con el PRI y el PRD no alcanzó su mayor objetivo, que era ganar la mayoría en San Lázaro, el presidente del panismo aceptó que ello no fue posible, pero el partido mejoró. Hoy tiene entre 20 y 24 por ciento de la intención de voto, lo cual no sería suficiente para ganar las elecciones presidenciales de 2024, por lo que deben trabajar a fin de sumar otros actores, precisó.

Durante la sesión virtual del consejo, se aprobó que la comisión electoral quedara conformada por Gonzalo Altamirano Dimas, ex dirigente del PAN en la Ciudad de México; la diputada Lizbeth Mata Lozano; José Espina Von Roehrich y Julio Castillo López, quienes realizan trabajo de asesoría para la bancada panista en San Lázaro; Noemí Luna Ayala, del panismo zacatecano; Manuel Gómez Morín Martínez del Río, ex candidato a la dirigencia nacional, y Paulina Rubio Fernández, de Jalisco.

En la discusión del tema, panistas de larga trayectoria, como Fernando Canales Clariond y José Luis Coindreau García, pusieron en duda la imparcialidad de la comisión no por la trayectoria de sus integrantes, sino porque fue propuesta por Marko Cortés. El árbitro electoral no puede ser puesto por uno de los aspirantes, se argumentó.

La instancia fue aprobada por 224 votos a favor, 18 en contra y 16 abstenciones. Entre quienes se opusieron o se abstuvieron estaban Canales y Coindreau, Juan Antonio García Villa, Jorge Manzanera Quintana y Alfredo Ling Altamirano.

Adriana Dávila insistió en que la comisión no era imparcial y expuso que las tres mujeres integrantes son diputadas federales electas por la vía plurinominal, es decir, fueron avaladas por la comisión permanente que preside Cortés y, por tanto, tienen una dependencia política con el michoacano. En el mismo caso está Altamirano, Castillo y Espina.

Pese a ello, la diputada federal dijo que contenderá por la presidencia de Acción Nacional.