n tema que todavía refutan muchos es que la experiencia analítica no resulta transmisible. Es decir, aquello que se vive en la intimidad del encuadre sicoanalítico es irrepetible, es fugacidad del instante, grito y silencio, torbellino de afectos, trastocamiento del tiempo.
Por tanto, encuentro casi indescriptible de dos inconscientes. El contexto en realidad nunca es el mismo. Enlazo aquí con el notable filósofo francés Jacques Derrida, severo crítico del sicoanálisis y verdadero exégeta de él mismo que ha aportado escritos indispensables para mejor entender el pensamiento freudiano, tales como Freud y la escena de la escritura en el volumen La escritura y la diferencia.
Tanto Sigmund Freud como Jacques Derrida fueron verdaderos deconstructores de la metafísica fonologofalocéntrica y, por tanto, encontramos coincidencias en ambos pensadores. En cuanto al contexto, para ninguno es algo fijo e inamovible; es más que eso, es una complejidad extrema.
Así, Bennington citando a Derrida escribe: “Siempre se puede citar fuera de contexto. Es más, se cita siempre por definición fuera de contexto. Ninguna necesidad natural impide que cualquier enunciado sea sacado de su contexto e incorporado a otro.
Una vez más es la escritura la que mejor ilustra esta propiedad general del lenguaje: lo que se escribe está, por definición, destinado a ser leído en un contexto diferente al acto de inscripción, lo escrito rompe la entrada por su concepto de producción y con todo contexto de recepción de terminado
. De aquí se desprende que no puede el contexto de producción, como único contexto pertinente, pasarse por alto la existencia de contextos múltiples.
Al respecto, Bennington puntualiza: “Los estudios positivos sobre la recepción de tal o cual época, por muy iluminados y clarificadores que sean respecto de una insistencia interior sobre el contexto de producción como único contexto pertinente, no pueden concebir la contextualización en general, que en dichos estudios funciona como un mecanismo cuya lógica se ha comenzado a esbozar.
“Un enunciado que no pudiera citarse en otro contexto, no seria tal, porque un enunciado no existe más que por la posibilidad de repetición en la alteridad –la iterabilidad– sobre la que ya se ha existido para el signo en general.
Se puede citar en otro contexto, más que citar fuera de contexto, para señalar que siempre hay contextos.
Si seguimos la lógica de la huella, no es posible pensar la idea de un signo fuera de contexto; sin embargo, lo que sí se posibilita es pensar en contextos muy abiertos, así como nosotros estamos en el lenguaje todavía antes de hablar.
Todas estas ideas son transpolables al pensamiento y entendimiento de aquello que sucede en el ámbito del quehacer sicoanalítico.
Siguiendo con los contextos, habrá que estudiar minuciosamente el pensamiento de Octavio Paz sobre el tema en el libro Los signos en rotación y su concepción de Moisés y el monoteísmo, que tanto lo entusiasmaron.