Miércoles 4 de agosto de 2021, p. 12
La pérdida de capacidad del corazón para bombear sangre al cuerpo en forma eficiente es la causa común de diversos padecimientos cardiovasculares que, en México, ocupan el primer lugar de mortalidad general desde hace varios años. Los médicos especialistas han advertido sobre este problema de salud y la elevada letalidad, que es el doble con respecto a la reportada en Europa.
Ahora la alarma es mayor porque durante la pandemia de Covid-19 se suspendieron las cirugías programadas y aumentó la cantidad de decesos provocados por una falla cardiaca. Además, disminuyó el seguimiento clínico de los pacientes, explicó Francisco Baranda Tovar, subdirector médico del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez (INC).
Debido a que la insuficiencia cardiaca es una enfermedad progresiva e irreversible, en lugares como el INC, centro de alta especialidad, los enfermos siguieron llegando y los médicos especialistas no tenían alternativa: Si no se realizaba la intervención quirúrgica, se morían
, aun así, por la complejidad de la afección, los resultados no siempre fueron favorables.
Antes de la pandemia, cada año en el instituto se realizaban mil 500 cirugías, de las cuales 70 por ciento eran programadas; en 2020 los cirujanos hicieron 200, todas de emergencia y de muy alto riesgo, indicó.
Esto es sólo la punta del iceberg
de un problema mayúsculo, ya que la insuficiencia cardiaca afecta a un número indeterminado de personas en el país –alrededor de 10 millones de acuerdo con algunas estimaciones– quienes, en su mayoría, desconocen los factores de riesgo del mal, que es poco conocido, y del cual no existen estadísticas oficiales de prevalencia ni mortalidad.
Por varios años no se presentan síntomas, aunque sí surgen en etapas avanzadas del problema, cuando ya es irreversible. Cinco años después del diagnóstico, la mitad de los afectados ha fallecido. La letalidad es elevada incluso en hospitales como el INC, que cuenta con especialistas y tecnología de última generación.
Entre enero y agosto de 2020 fallecieron en México 141 mil 873 personas por enfermedades cardiovasculares, le siguieron los decesos por Covid-19 con 108 mil 658 y, la diabetes, 99 mil 733.
Ahora, Baranda y el equipo de expertos de la Clínica de Insuficiencia Cardiaca del INC se han propuesto modificar lo que se avizora como un negro panorama
, pues la elevada mortalidad por enfermedades cardiovasculares es sólo el reflejo de las deficiencias que existen a nivel nacional para prevenir, detectar de manera temprana y atender a quienes viven con hipertensión arterial, diabetes y obesidad, principales factores de riesgo de la insuficiencia cardiaca.
En el INC se puso en marcha el Plan Nacional de Falla Cardiaca, que tiene el objetivo de crear una red de atención con clínicas y hospitales, así como un seguimiento personalizado a los pacientes a través de una aplicación digital.
Ya no queremos descuidar a nuestros pacientes; los conocemos hace varios años y sabemos que su enfermedad del corazón evoluciona; necesitan un seguimiento clínico que no es posible seguir postergando
, afirmó Baranda.
El proyecto inició hace dos años cuando realizaron un diagnóstico y se percataron de que la mortalidad en el INC era de 22 por ciento, el doble de lo reportado en instituciones de salud de Europa con 10 a 11 por ciento.
Los expertos del INC, encabezados por Baranda Tovar y Carlos Guzmán, de la Clínica de Insuficiencia Cardiaca, buscan revertir esta situación y, desde el primer nivel de atención, apoyar a los médicos con capacitación y asesoría a médicos generales, internistas, urgenciólogos e intensivistas sobre el manejo de los enfermos.
Con apoyo del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece) de la Secretaría de Salud, formarán parte de la red nacional las 42 Unidades de Especialidades Médicas (Unemes) que existen en el país. Actualmente, los lineamientos del plan se presentan a los 32 estados de la República.
La siguiente etapa será incorporar a las clínicas y hospitales interesados en formar parte de la red de atención, que estarán enlazados a través de una aplicación digital que ya funciona para los pacientes del INC y, además de mejorar la calidad de los servicios médicos, se obtendrán datos para conocer la dimensión de la falla cardiaca en México, explicó Guzmán.
Por medio de la aplicación Cardioenlace, las personas registran sus condiciones de salud, cambios y resultados de estudios clínicos. Los médicos pueden ver esos datos en tiempo real, indicar modificaciones de los tratamientos o, de ser el caso, pedir a los pacientes que se presenten en el instituto.
Eso hará la diferencia, pues no es lo mismo dar una atención al momento que esperar a la fecha de la próxima cita, la cual puede ser varios meses después, afirmó Baranda.