Tras la realización de movilizaciones de protesta de servidores de la nación en semanas recientes, por lo que consideran un trato abusivo por parte de sus superiores, nuevas denuncias llegaron a La Jornada para señalar que las presuntas irregularidades ocurren de forma generalizada en el país, y no sólo en algunas entidades.

En entrevista telefónica, un trabajador en activo en Jalisco –que pidió reservar su nombre– señaló que a los empleados adscritos a la Secretaría de Bienestar se les obliga a laborar en jornadas agotadoras, que suelen iniciar a las 9 de la mañana y terminan a las 11 o 12 de la noche, sin pago de horas extras ni de otras garantías básicas.

En el pico de la pandemia, nos citaban en una casa donde concurríamos al mismo tiempo unas 60 personas, sin sana distancia. Yo he trabajado días festivos, como el 24 de diciembre. Si el (jefe) regional ve que no hay mucho trabajo, te autoriza dos días de descanso a la semana, pero si le urge algo, te llama incluso sábados y domingos, relató el denunciante.

Como señalaron empleados de Baja California y Ciudad de México, el informante de Jalisco indicó que en su adscripción es común la práctica de hostigar a empleados por no tener la simpatía de los coordinadores para cansarlos y muchos compañeros decidieron renunciar por salud, ya que se enfermaban más seguido a causa del estrés, mientras los integrantes de los equipos que eran más cercanos a los superiores, tienen menor carga de trabajo y les permiten ausentarse, afirmó.

Los jefes regionales

El sueldo quincenal de los servidores, de acuerdo con el denunciante, es de 4 mil 828.26 pesos, pero en muchas ocasiones tienen que pagar de su bolsillo los traslados para repartir las tarjetas de los beneficiarios de los programas sociales, además de sus alimentos y otros gastos, como papelería y fotocopias.

“Las jornadas laborales se han vuelto extenuantes, y los que seguimos en este trabajo nos hemos enamorado de la labor de contribuir en un proyecto social, porque sabemos que podemos ser la diferencia entre que un adulto mayor o una persona con discapacidad, coma o no coma. Eso te hace pensar y decir ‘demos un poco más’”, afirmó.

El empleado resaltó que las únicas demandas de los inconformes son que se aplique la Ley Federal del Trabajo correctamente, para que sus garantías básicas sean respetadas. Estamos con el proyecto de país que tiene el Presidente, y por eso no se vale que nos traten con la punta del pie.