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Cuando vi la foto de Elvis abrazado a Nixon no sentí nada; eran el uno para el otro: John Sinclair

Activista político y personaje clave de la contracultura, publicará en días próximos un libro de entrevistas y ensayos sobre el músico de jazz Sun Ra y un poema de Thelonious Monk

Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 18 de julio de 2021, p. 6

La tos de John Sinclair (Detroit, 1941) se extiende por un momento largo; es un buen instante para pausar la entrevista y pensar qué preguntar a este personaje clave de la contracultura, que orbitó entre la política radicalizada y la sicodelia, que fue testigo directo del free jazz, del rock, del protopunk y de la poesía beat.

Autorizado por los Panteras Negras para iniciar su propia facción del movimiento, la visión de Sinclair de un ‘ejército de guitarras’ era, a finales de los años 60, la pesadilla de las autoridades; la idea de una estrella pop que lidere un movimiento antiautoritario es un espectro que desaparece y resurge a lo largo del tiempo.

Uno de los 10 puntos de su manifiesto proponía un asalto a la cultura por cualquier medio necesario, incluyendo el rocanrol, las drogas y el sexo en las calles.

En 1969, John Sinclair fue detenido por dar dos porros a una policía de civil y luego condenado a 10 años de cárcel, lo cual motivó la realización de un festival para su liberación a cargo de Abbie Hoffman, líder político del movimiento yippie. Allí se juntaron Allen Ginsberg, Archie Shepp y John Lennon, quien, sin conocer a Sinclair, compuso la canción 10 for 2.

De alguna forma MC5, la banda con la que Sinclair trabajó de mánager en su primera época, era la manifestación de lo que Lennon intentó insinuar posteriormente en su disco Rock and Roll (1975): un regreso al espíritu salvaje del estilo antes de la música progresiva.

Lleva cinco segundos darse cuenta del propósito del ser en el planeta; es hora de moverse, predicaba JC Crawford, presentador de MC5, y es con ese sentido de urgencia que Sinclair recuerda el choque de sicodelia y convicción política: En mi experiencia, se relacionaban de forma fantástica y compleja; todo estaba mezclado: MC5 y White Panthers eran las mismas personas, hasta que cambiaron de opinión y quisieron ser sólo una banda de rock.

Los servicios de inteligencia estadunidenses consideraban a White Panthers una amenaza concreta: “Tendrías que preguntar a ellos qué tenían en mi contra; estábamos en lados opuestos, y su trabajo era vigilarnos. Odiábamos el status quo y estábamos convencidos de nuestras ideas. Con el tiempo, el rocanrol se volvió la manera principal de controlar a la juventud de Estados Unidos; perdió hasta el más mínimo potencial revolucionario y se convirtió en un truco comercial. Cuando vi la foto de Elvis abrazado a Nixon no sentí nada; era un buen emparejamiento, eran el uno para el otro”.

La música como agente de cambio en la vida urbana es una idea que tuvo presente desde antes del flower power: Yo era un adolescente cuando vi en vivo a Chuck Berry, Little Richards, Derek and the Dominoes y Screaming Jay Hawkins; todas eran las principales estrellas de su tiempo. En esos conciertos fui uno de 20 chicos blancos entre 3 mil afroestadunidenses, pero no pensaba que era parte de una minoría; simplemente me sentía contento de que se me permitiera estar ahí.

Las virtudes de no ser cuadrado

La numeración de su domicilio mal escrita y una orden para arrestarlo por posesión de drogas son algunas partes del archivo del FBI sobre John Lennon; el festival por la liberación de Sinclair fue un disparador para ese mito real que muestra cómo pasó de ser autor de She Loves You a blanco de una investigación gubernamental paralegal: “No lo conocí hasta después del festival. Lennon también era un fumón y lo agarraron por eso en Inglaterra.

“La última vez que lo vi fue en 1972; íbamos a hacer proyectos juntos, pero luego el gobierno estadunidense lo espió de cerca los siguientes ocho años (...)

El gobierno es una organización de gente cuadrada, y si no eres así, ya estás en problemas. No ser cuadrado te da más posibilidades de tener una vida mejor. El gobierno no estaba preocupado por la música, sino por ese estilo de vida opuesto a sus intereses.

El año pasado, John Sinclair se sorprendió con las protestas por la violencia policial en Estados Unidos, pero no por la reacción policial.

Más avanzado 2020 vio con desagrado la forma en que los fanáticos de Donald Trump ingresaron al Capitolio: No hicieron nada al respecto; la policía del edificio, la milicia del Estado, el gobierno federal y los que protestaron en el Capitolio son parte de la misma organización, por eso no hicieron nada. Si hubiéramos sido nosotros estaríamos muertos en vez de estar teniendo esta conversación.

Actualmente, John Sinclair está por editar en España un libro de entrevistas y ensayos sobre el jazzista Sun Ra, así como uno de poemas sobre Thelonious Monk: Tal vez Monk no podía poner en palabras lo que generaba con el piano, pero sabía lo que hacía, y eso es lo importante.