Miden hasta 500 metros de largo y 8 de profundidad
Aparecieron tras la decisión de desviar los ríos para desecar la zona y construir el hoy cancelado aeropuerto internacional // En el futuro otros gobiernos podrían reactivar el proyecto, advierten
Viernes 9 de julio de 2021, p. 10
San Salvador Atenco, Edomex., Al río Papalotla, literalmente, se lo está tragando la tierra. El que fuera alguna vez uno de los principales afluentes del lago de Texcoco se ha desviado de su cauce natural debido a las múltiples grietas que han surgido en esta zona y está desapareciendo tierra abajo, sin saber a ciencia cierta dónde se dirige todo su caudal.
A decir de los pobladores, dichas fracturas son resultado directo de las obras que se han hecho desde el sexenio de Vicente Fox para desviar los ríos que confluían en esta región, con el objetivo de desecar los terrenos y permitir la construcción del nuevo aeropuerto internacional de México (NAIM), megaproyecto que el actual gobierno canceló, pero que los lugareños temen que pueda revivir
en próximas administraciones.
Durante un recorrido organizado por el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), habitantes de San Salvador Atenco y otros municipios aledaños denunciaron que a finales de abril y principios de mayo comenzaron a notar la aparición de grietas en diversas zonas.
En la actualidad han documentado la presencia de al menos 20 de estos resquebrajamientos de la tierra, que van de los 100 a los 500 metros de largo, con profundidades hasta de 8 metros en algunos puntos, los cuales han comenzado a llegar a parcelas de cultivo y caminos vecinales, además de afectar el curso de los ríos y pasar por debajo de autopistas. Las fracturas que se han acelerado en estos días de lluvia son el efecto de la desecación sistemática que han hecho los tres anteriores gobiernos, pero han crecido y se ha creado un problema muy grave
, señaló Ignacio del Valle, uno de los líderes del FPDT, al mostrar las grietas encontradas en la zona ejidal de Santa Cecilia, a las orillas de la autopista Ecatepec-Pirámides.
Dicha carretera se construyó en el lecho de lo que fuera la Laguna Xalapango, la cual abarcaba al menos 600 hectáreas, en donde había múltiples especies de fauna y flora, además de actividades económicas, recuerdan los habitantes.
Las fracturas que se han acelerado en estos días de lluvia son el efecto de la desecación sistemática que han hecho los tres anteriores gobiernos, pero han crecido y se ha creado un problema muy grave, señaló Ignacio del Valle, uno de los líderes del FPDT, al mostrar las grietas encontradas en la zona ejidal de Santa Cecilia, a las orillas de la autopista Ecatepec-Pirámides. Dicha carretera se construyó en el lecho de lo que fuera la Laguna Xalapango.Foto Luis Castillo
Sin embargo, dicho cuerpo de agua desapareció por efectos del llamado Canal Colector, una serie de obras de infraestructura cuyo objetivo es desviar el agua que confluía en esta zona, proveniente de las montañas de Tepetlaoxtoc y Texcoco, y que llegaba a través de nueve ríos, de los cuales el más caudaloso era el Papalotla.
Para Jorge Daniel Fonseca, también integrante del FPDT, el hecho de que el mencionado canal siga operando va en contra del mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador de recuperar los cuerpos de agua de la zona tras la cancelación del NAIM, y es responsabilidad del actual director del Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México, Víctor Bourguett Ortiz.
De acuerdo con los habitantes de Atenco, la gran paradoja de este caso es que dicho funcionario, quien en su momento se manifestó a favor de la desecación del lago de Texcoco, es hoy el encargado de cumplir la orden presidencial de recuperar los mismos cuerpos de agua que propuso eliminar.
La Comisión Nacional del Agua sigue manteniendo las estructuras que se requirieron para desecarlos y nosotros decimos que se están conservando para que en un futuro el proyecto aeroportuario (en Texcoco) pueda operar
, alertó Fonseca.
Hoy, señalan los habitantes de Atenco, el hecho de que al río Papalotla se lo esté literalmente tragando una grieta
genera además el riesgo de que esa agua se vaya de forma subterránea a poblados y carreteras, y ello produzca una tragedia
como la del socavón del Paso Exprés en Cuernavaca.
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