Madrid. El gobierno de España y la Unión Europea rechazaron ayer la carta enviada por el ministerio del Exterior de Nicaragua a la canciller Arancha González Laya, en la cual la acusa de realizar ofensivas e ignorantes declaraciones sobre la situación del país centroamericano.

No vamos a alimentar polémicas que nos distraigan de lo fundamental, advirtió la cancillería española, que insiste en que lo que está en cuestión es la gravísima situación de derechos humanos en Nicaragua y su impacto en el próximo proceso electoral. No nos vamos a distraer y seguiremos trabajando en ambos objetivos, añadió.

Mostrando una ignorancia atrevida y una ferocidad impropia de la diplomacia, la señora González se dirige al presidente de un pueblo libre y soberano con voz de alguacil, sin percatarse en su perorata delirante de trasnochada mandamás, que llevamos siglos sin dominio español, además de nunca haber reconocido bondad alguna en esos furibundos crímenes hispánicos, crímenes de lesa humanidad, acusó en su misiva el gobierno de Daniel Ortega.

Además, la cancillería nicaragüense recomendó al gobierno español, aplicar esa democracia que a otros exigen y poner en libertad a sus presos políticos, abriendo así cauces a las luchas y demandas de independencia y que se adopten medidas civilizadas a quienes luchan por sus creencias, en alusión a los líderes catalanes recientemente indultados.

Murillo contra la prensa

La vicepresidenta y vocera del gobierno nicaragüense, Rosario Murillo, criticó a la prensa por inventar cualquier cosa para sembrar el terror y calificó a los periodistas de malignos, hipócritas, destructores, criminales y terroristas de la comunicación.

Estos ataques fueron censurados por defensores de los derechos humanos, que los consideraron una demostración fehaciente de quién es el responsable del Estado de terror que se vive en el país.

Hay que protegerse también de esas urracas parlanchinas cuyas plumas están llenas de odio, porque rezuman odio. Así los vemos, y así los repudiamos, afirmó Murillo al Canal 4 nicaragüense.