Con el argumento de que el diésel de combustión más limpia no está disponible en todo México, el sector del transporte terrestre solicitó que se aplace la puesta en marcha de una norma ambiental que exige que todos los vehículos pesados nuevos operen exclusivamente con ese combustible, según una carta de la industria vista por Reuters.

La carta dirigida a la titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), María Albores, advierte que no posponer la regla provocará mayor dependencia de los camiones más viejos y contaminantes.

Estamos a seis meses del vencimiento del plazo y se necesita congruencia entre las normas de combustibles y ambientales, y certeza para la planeación de producción en los siguientes meses, apunta la misiva, firmada por asociaciones que incluyen a los fabricantes de camiones y a los transportistas.

La Semarnat aprobó en septiembre posponer un año más, hasta enero de 2022, la entrada en vigor de la norma que forzará a esta industria a fabricar, importar y comercializar en el país solamente vehículos pesados que usen diésel de ultra bajo azufre o más limpio.

Otro aplazamiento generaría críticas al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, que ha sido señalado por ambientalistas por su apoyo a los combustibles fósiles y está obligado por diversos acuerdos internacionales, incluido el T-MEC, a mantener altos estándares ambientales.

Las docenas de organizaciones empresariales que firmaron la carta advirtieron que, debido a la incertidumbre sobre el suministro de diésel de alta calidad se paralizará la compra de modelos más nuevos con tecnologías que reducen drásticamente las emisiones del tubo de escape, incluso si se trata de las que usan diésel convencional.

Mencionaron que un estudio que realizaron entre abril y mayo reveló una disminución de la disponibilidad del diésel más limpio en las estaciones de servicio de todo el país y que el gobierno debe garantizar una disponibilidad de 100 por ciento. Incluso señalaron que hace menos de dos años la propia Secretaría de Energía admitió una distribución insuficiente del citado combustible.