Lunes 14 de junio de 2021, p. 7
En dos mesas de reflexión organizadas por el Museo Kaluz se rindió homenaje al maestro Vicente Rojo (1932-2021) y se reconoció su productiva trayectoria de diseñador gráfico y pintor.
Con la participación de Azul Morris, Pablo Rulfo, Alberto Ruy Sánchez, Juan Villoro, Felipe Leal, Arnaldo Coen y Luis Rius (de quien se leyó un texto), así como Ana Elena Mallet y Carmen Gaitán, de moderadoras, en los conversatorios se destacó que el maestro Rojo fue un artista integral, cuyos diseños y pinturas son a la vez medios de comunicación y provocación que han trascendido su época y hoy se convierten en un inagotable legado.
La cultura visual del México contemporáneo se la debemos en gran parte a Vicente Rojo
, sostuvo Mallet.
Asimismo, se destacó el trabajo colectivo que realizó Rojo en la hoy legendaria imprenta Madero, así como su generosidad y creatividad, su ética y sensibilidad, su discreción y disciplina, el rigor y la agudeza de sus diseños. El lugar era una especie de taller renacentista, donde se formaron espléndidos diseñadores. Era un maestro que predicaba con el ejemplo
, recordó Villoro.
En la imprenta Madero, evocó Morris, creó todo un sistema de trabajo, impecable y eficaz
. Cuando alguno de los jóvenes diseñadores le mostraba sus ideas, no decía que estaba mal; sencillamente, reaccionaba diciendo: Creo que hay que seguir experimentando un poco más
.
Rulfo destacó que el maestro Rojo estuvo al frente de toda la producción en dicha imprenta, y cómo, conforme se fueron adquiriendo máquinas, se abrieron todas las posibilidades técnicas de impresión, lo que permitía investigar, experimentar y crear al mismo tiempo, lo cual, sumado al talento creativo de Vicente Rojo, y gracias a él, hizo que en la imprenta Madero se editaran infinidad de publicaciones culturales del país. Algo que culturalmente no se ha repetido
, expresó Rulfo.
Asimismo, se refirió a cómo ese trabajo de diseñador gráfico está vinculado con su pintura. Cuando uno pone atención en las características tipográficas de las letras, en la versatilidad dentro del rigor y en las posibilidades de construcción de una grafía y el alfabeto, se aprecia que esa versatilidad, exquisitez y rigor están presentes en su pintura
.
Respecto de la pintura de Vicente Rojo, Villoro destacó la condición geométrica natural en su obra. Le gustaba recordar que todo artista, por abstracto o geométrico que sea, deriva insoslayablemente de la naturaleza
.
El escritor recordó el relato de Rojo, de cuando subió a la pirámide de Cholula y pudo ver un horizonte tan extenso que le permitió contemplar de manera simultánea dos lluvias, lo que fue el inicio de su serie de México bajo la lluvia, en la que las trenzaría en una sola
.
Ello nos lleva a cuestionarnos si el universo es geométrico o nosotros tratamos de descifrarlo de esa forma, para lo que inventamos la geometría con el fin de cifrar lo que vemos, añadió el escritor.
A propósito, Villoro recordó un parlamento que escuchó a los 10 años en una obra de Juan Ruiz de Alarcón, en la que un personaje decía: Me llamo redondo y soy agudo
. Tal frase, concluyó el escritor, define la imaginación de Vicente Rojo, porque ahí se halla la geometría que siempre lo obsesionó.
El arquitecto Felipe Leal se refirió a la experiencia de construir el estudio de Vicente Rojo en Coyoacán. En tanto, Alberto Ruy Sánchez resaltó al legado y espíritu del pintor en la revista Artes de México, y Arnaldo Coen recordó su impresionante creatividad
.