n su segundo Informe de Rendición de Cuentas, la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, señaló que iniciamos
el camino de la gran transformación de nuestra ciudad de la mano de la transformación del país. La 4T representa una nueva
forma de gobernar. Un modelo
que concibe a la educación, la salud, la vivienda como derechos
y donde se fomenta la democracia participativa. Es transformación porque es un rompimiento
con el modelo anterior. Por eso, siempre reivindicaremos nuestro origen y nuestra confianza de que se han sentado
las bases de la transformación ( La Jornada, 10/12/20).
Poco antes, el pasado 16 de noviembre, profesionales de la salud del Hospital Ajusco Medio de la Secretaría de Salud (Sedesa)-CDMX se manifestaron solicitando mejores condiciones de trabajo y nombramientos de base definitiva. Tres días después lograron una reunión con autoridades administrativas del gobierno de la capital en la que reiteraron su inconformidad por el trato desigual e injusto en las condiciones de trabajo.
Además de contar con la presencia de profesionales de la salud de las áreas de inhaloterapia, trabajo social y enfermería, en ese acto la jefa de Gobierno estuvo representada por José Roberto Castillo Sandoval (subdirector de Mesas de Atención Ciudadana) y Francisco Javier Alvarado Pérez (jefe de la Unidad Departamental de la Zona Sur). Por (Sedesa) comparecieron María Cristina Senón Martínez (directora ejecutiva de Atención Hospitalaria) y Diana Hilda Pérez León (directora de Administración de Capital Humano). Finalmente, por parte de la secretaria de Finanzas, acudió Sergio Antonio López Montesinos (director general de Administración de Personal).
López Montesinos habló sin pelos en la lengua. Con toda claridad y fuerza afirmó que no hay, ni habrá bases definitivas para los profesionales de la salud recurriendo al controversial argumento
del combate a la corrupción sindical. Además, sin ambaje alguno, sentó que la administración-Sheinbaum no está de acuerdo en respetar el artículo 62 de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado (LFTSE), el cual establece que las plazas de nueva creación se dividen 50 por ciento para la autoridad y 50 por ciento para la representación sindical.
Resulta patente que López Montesinos interpreta a su entera conveniencia la ley y se atreve a sostener que, administrativamente, la modalidad de contratación creada por él mismo, denominada Galenos Salud (modalidad reconvertida de la previa estabilidad laboral
pagada por Ebrard y Mancera con recursos del Seguro Popular) es igual a una base sin dígito sindical. O sea: López Montesinos reconoce temerariamente que es una base sin garantía al Fondo de Ahorro Capitalizable (Fonac), sin días económicos, días concedidos, días de descanso por buenas notas, con sólo dos periodos vacacionales, sin periodo de riesgo y con vales menores a los pactados con la FSTSE. O sea: es una cuasi-base. No una base. ¡Vaya igualdad!
En otras palabras, López Montesinos proclama abiertamente que, en su calidad de director general de Administración de Personal de una ciudad que se quiere distinguir por el respeto a los derechos, él mantendrá el trato desigual mientras, sin empacho alguno, está dispuesto a violar el derecho constitucional, pero ahora ya con recursos federales y con el aval de una representación sindical que lo tolera. ¡Vaya ciudad de los derechos!
¿De qué basificación
sectorial puede hablar la 4T cuando en la ciudad de los derechos
un funcionario hace pasar sus cuasi-bases como bases, aunque sin dígito sindical?
La 4T no debe confundir los derechos laborales de los profesionales sanitarios con el uso que de ellos hizo el sindicalismo corporativo, que sumaba plazas de base como boleto directo de acceso a las prestaciones de la contratación colectiva, sin modernizar los profesiogramas y el compromiso –de los beneficiarios de la basificación– en mejoras de la atención.
Hoy, la reforma de la justicia laboral diversifica las representaciones sindicales. Falta que ellas y sus propuestas de acción tomen cartas sobre la seguridad social integral, obligando al gobierno-patrón a respetar los artículos 6 y 15 de la LFTSE. Porque ¿qué sentido tiene la creación de nuevos sindicatos que ofrecen no cambiar nada?
Algo es claro: la 4T no debe confundir la cruda realidad laboral de los profesionales de la salud con el uso corporativo que de ella hizo el periodo neoliberal. Hoy tiene una oportunidad para actuar a fondo y no precisamente con Galenos Salud. La pregunta es: ¿qué es basificación en la 4T? ¿Dónde están sentadas
las bases de la transformación
invocada por Claudia Sheinbaum?
* Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco