Ginebra. Hace cinco años, Kimia Alizadeh fue la primera mujer iraní en ganar una medalla olímpica. En Río de Janeiro 2016 consiguió el bronce en taekwondo a los 18 años. Después huyó ante la crisis que hay en su país y vive en Alemania. La deportista también ha sido crítica por el uso obligatorio del hiyab.

Me siento muy bien de haber tomado esta decisión para mi vida y que definitivamente cambiará mi futuro, dijo en enero del año pasado a reporteros.

Alizadeh será una de los 29 deportistas del equipo de refugiados de los Juegos de Tokio en 12 deportes. El Comité Olímpico Internacional anunció a los integrantes, conformado a partir de una lista de 55 deportistas que huyeron de sus países y recibieron becas para poder competir en la justa veraniega.

El grupo de 29 –un incremento de 10 atletas del inaugural equipo de refugiados en Río de Janeiro 2016– también cuenta con deportistas de Camerún, Afganistán, Congo, Repúbli-ca del Congo, Eritrea, Irak, Sudán del Sur, Sudán y Siria, que cuenta con nueve representantes, la mayor cantidad del mismo país.

Competirán en natación, atletismo, bádminton, boxeo, canotaje, ciclismo, judo, karate, tiro deportivo, taekwondo, halterofilia y lucha grecorromana.

Son una parte integral de la comunidad olímpica y los recibimos con los brazos abiertos, dijo el presidente del COI, Thomas Bach, a los atletas durante el anuncio de la selección y agregó que envía un poderoso mensaje de solidaridad, resiliencia y esperanza para el mundo.

Durante la ceremonia de inauguración de los Juegos de Tokio el 23 de julio, el equipo ingresará al Estadio Nacional de Japón en segunda posición con la bandera olímpica, inmediatamente después de Grecia, dijo el COI.