Vil traición a Morena
// Delgado y Ramírez, pro Verde // Apoyo abierto a candidato oscuro // Siempre fue el plan de Mario
s natural que los miembros de un partido consideren traicionero a aquel correligionario que en momentos electorales críticos llame a votar o respalde al integrante de un partido contrario. Con sobrada razón y entendible enojo si quien comete esos actos de deslealtad es el presidente del comité nacional de esa organización o a nombre de ésta preside la mesa directiva de una de las cámaras legislativas federales y la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.
Tales son los casos de Mario Delgado, el ebrardista habilitado como dirigente nacional morenista a quien en diversos lugares del país han expresado repudio y han enjaretado la etiqueta de traidor
a Morena, y de Eduardo Ramírez, el actual presidente de la directiva del Senado, y de la Comisión Permanente, quien es subordinado político del ex gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, con quien fue secretario general de gobierno y bajo cuya batuta armó una muy bien financiada simulación de rebeldía
a la hora de la sucesión, para favorecer el proyecto real del güero Velasco.
El primer golpe explícito de infidelidad partidista lo asestó Eduardo Ramírez, apodado Jaguar Negro (@ramirezlalo_, en Twitter). Proveniente del feudo velasquista chiapaneco del Verde Ecologista de México, aliado del PRI, el PAN o Morena, según convenga, Ramírez se prestó para una videograbación (bit.ly/3uEkAby) en abierto apoyo no a la de por sí desvaída candidata del partido guinda a gobernar San Luis Potosí, Mónica Rangel (impuesta por Delgado justamente para garantizar la derrota de Morena), sino a su adversario, Ricardo Gallardo Cardona, postulado por la agrupación de las cuatro mentiras (PVEM) y el bien acomodado Partido del Trabajo.
La maniobra del senador morenista Ramírez fue secundada por Mario Delgado, quien hizo declaraciones que ensalzan al citado Gallardo Cardona como aliado fiel de la llamada Cuarta Transformación (4T), quien, según explica sin pudor Delgado, habría ayudado a desfondar al PRD al renunciar a coordinar a los diputados del sol azteca y a este partido, y cuyos votos posteriores en San Lázaro fueron siempre a favor de la línea morenista.
Con tales acciones, sobre todo con las expresiones de Delgado, queda claro el proyecto original de éste para encumbrar a Gallardo Cardona, quien posee un historial delictivo nunca declarado judicialmente como falso y cuenta con suficiente dinero para simular en San Luis Potosí una lucha contra la derecha
, que en realidad ha sido y sería, de ganar dicha gubernatura, una coartada para más enriquecimiento grupal y un mejor control político clientelar.
Como esta historia potosina de traiciones, en otras entidades federativas se vivieron episodios aparentemente inexplicables en que el dirigente formal de Morena negoció derrotas o hizo postulaciones tal vez victoriosas en lo práctico pero totalmente alejadas de los principios doctrinarios de la regeneración nacional.
Agustín Guerrero Castillo, quien ha ocupado diversos cargos de representación popular, administrativos y partidistas a nombre del obradorismo, tuiteó ayer: “La postura del senador @ramirezlalo_ en #SanLuisPotosi es una vil traición a #Morena. Espero, le exijo, a la @CNHJ_Morena su expulsión inmediata. Y a los dirigentes @mario_delgado y @CitlaHM fijen postura clara sobre el tema. @RedAMLOmx”. ¿Atenderán la solicitud de este morenista? ¿Se añadirá a Delgado en la solicitud de expulsión inmediata
? ¿Guardará conveniente silencio inmediato la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia, para atender el caso más adelante, ya con el daño político y electoral consumado?
Y, mientras la priísta que preside la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Dulce María Sauri, ha rechazado la solicitud de Morena para entablar una controversia constitucional contra el Congreso de Tamaulipas por el caso García Cabeza de Vaca, ¡hasta mañana!
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