Del buen amor, Sade y Bartolí
Y
o, en mi poquilla ciencia y mucha gran rudeza, comprendiendo cuántos bienes hace perder el loco amor del mundo al alma y al cuerpo y los muchos males que les apareja y trae, hice esta chica escritura en memoria del bien (...). No obstante, puesto que es humana cosa el pecar, si algunos quisieran (no se lo aconsejo) usar del loco amor, aquí hallarán algunas maneras para ello
. Arcipreste de Hita: Libro del buen amor.
El texto anterior es el lema de la colección Libros buen amor, loco amor, que, dirigida por Carlos Varo, se editó en París hace medio siglo. La inauguraron con una de las obras más comentadas de Donatien-Alphonse-François marqués de Sade: La filosofía en el boudoir.
La escribió en 1795, y en buena parte es un fruto de la revolución francesa. Causó hondo malestar en los grupos de poder de entonces por llamar a terminar con Dios y con su ley por todos los medios; proclamar toda la libertad y la igualdad entre los sexos. Exigir a los revolucionarios la más estricta fidelidad a sus ideas y acciones, y a no permitir más el gobierno de emperadores. En ese entonces, en Francia gobernaba Napoleón.
Bajo su régimen, Sade estuvo dos años en prisión por publicar Justine y Julieta, cuyos ejemplares fueron decomisados y destruidos. Pero todo indica que el motivo fueron las ideas que expresa en La filosofía en el tocador. Especialmente, donde pide al pueblo francés un esfuerzo más, si queréis ser republicanos
.
La edición parisina de esta obra la atesoran los coleccionistas y estudiosos de Sade. Por un lado, por la traducción (ejemplo del castellano más puro) y la detallada nota introductoria de Agustín García Calvo (1926-2012), laureado gramático, poeta, dramaturgo y ensayista. Y por ilustrarla espléndidamente el sindicalista, dibujante, pintor, escenógrafo y escritor catalán Josep Bartolí (1910-1995).
En otro libro, Campos de concentración, Bartolí narra e ilustra el sufrimiento que padeció en los campos de refugiados del sur de Francia junto con miles de españoles que huyeron del régimen franquista. Lo publicó durante su estancia en México, donde sostuvo un apasionado romance con Frida Kahlo.
Bartolí creó decorados para importantes teatros de París y Hollywood. En Nueva York formó parte del grupo de artistas encabezado por Pollock, Rothko y De Kooning. Aunque en reciente filme de dibujos animados se recrea su vida, su obra merece mayor reconocimiento.