La informalidad en el empleo a la que están sujetos la mayor parte de los trabajadores en el sureste del país, ha rezagado la participación del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) en la adquisición de hogares, muestra el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Mientras en Nuevo León 46.57 de las casas han sido adquiridas mediante préstamos de la viviendera federal, y hasta 42.74 y 42.44 por ciento en Quintana Roo y Coahuila, respectivamente, en 15 entidades estos créditos no llegan a cubrir la adquisición de una de cada cinco casas.

Destacan los estados con menor ingresos del país y donde también se tienen las tasas más altas de informalidad. De acuerdo con datos del Censo de Población y Vivienda 2020, en Guerrero 4.16 por ciento de las casas se han adquirido por medio de un crédito Infonavit. En Chiapas esta proporción es de 4.06 por ciento y en Oaxaca alcanza 2.62 por ciento.

Son estas las entidades donde la informalidad se extiende a prácticamente ocho de cada 10 trabajadores, sin reconocimiento patronal o seguridad social. En Oaxaca, la proporción de informales alcanzó en el último trimestre de 2020 78.5 por ciento y en Guerrero hasta 77.29 por ciento, pese a que en ambos estados se dio una reducción respecto al cuarto trimestre de 2019.

Mientras en Chiapas los trabajadores informales son 76.43 por ciento, lo que refleja un aumento de 4.63 puntos porcentuales respecto a un año previo, reportó Inegi en sus encuestas de ocupación y empleo.

Nuevo León –donde se han concentrado el mayor número de créditos del Infonavit– tiene la tasa de informalidad más baja del país, con 35.58 por ciento; seguido por Coahuila que alcanza 36.68 por ciento y Chihuahua con 37.25 por ciento.

La crisis económica que inició el año pasado con la pandemia de Covid-19 implicó la reducción del número de trabajadores en el país, de ingresos y la permanencia de la informalidad, lo que también afecta la adquisición de vivienda.