COVID-19 en México, un corte de caja
Décimas pandémicas
Daniel Federico Ochoa Meza
Acula, Veracruz. Mayo de 2020
Un cantar libre y consciente
Me aflora de la garganta:
este mundo ya no aguanta
las condiciones presentes.
El progreso y su aparente
mejor condición de vida
va dejando sin salida,
borrando nuestro horizonte,
va acabando con el monte
y envenena la comida.
Esta crisis que vivimos
sí pudimos evitarnos.
Mas decidimos jugarnos
el futuro y ya lo vimos,
en ese intento perdimos
la cordura, la entereza;
con el humo en la cabeza
pronto de suelo escaparon
nuestros pies se despegaron
¡y ahora al diablo esa certeza!
Hoy encerrados pensamos
¡cuántas cosas diferentes
hubieran hecho las gentes
que nos decimos humanos!
y ahora vemos que formamos
parte de un mundo complejo
que hemos roto a lo pendejo
buscando sacar ganancia
nos chingamos la abundancia
que gozaron nuestros viejos.
Mas no todo está perdido,
me atrevo yo a suponer
que se puede componer
lo que ahora se ve jodido;
porque hay muchos que han podido
concretar sus utopías
trabajando cada día
en que la vida florezca
y en que nuestra gente crezca
conviviendo en armonía.
Como no son enchiladas
esto de hacer diferente,
se ocupa de referentes,
de gente experimentada
que nos brinde una orientada
de lo que han hecho y se puede
de lo que pasó y sucede
con experiencias afines
de cerca o de otros confines
pa’ seguir la organizada.
Antes de la guerra iniciada por Calderón, continuada por Peña, el arraigo comunitario era muy sólido en México. Pese al saqueo neoliberal, los municipios del país eran seguros; en la mayoría de ellos se podía pasear a cualquier hora, y la comunidad no miraba con desconfianza al visitante, al extranjero. En municipios, pueblos, barrios populares, ejidos, se tenía una cultura del cuidado colectivo y eran las personas adultas mayores, las/os maestras/os, las/os doctoras/es quienes desempeñaban el rol de autoridad moral cohesionadora. Todo ese tejido se vio profundamente fracturado con la guerra: estas autoridades se tuvieron que resguardar por la violencia, la precarización, e incluso, en el caso del magisterio, la persecución por parte del gobierno en turno, causando así el debilitamiento de las capacidades sociales para continuar con las prácticas de cuidado comunitario. Y así nos sorprendió la peor pandemia en siglos.
Hoy el gobierno de la 4T ha implementado medidas para curar esta herida y quizá sea el manejo de la pandemia el mejor estudio de caso para ilustrarlo. Por eso presento este breve corte de caja que intenta disipar los ruidos mediáticos, poniendo en el centro del análisis los datos corroborables:
La Estrategia Nacional de Vacunación consolidó su presencia en 2,456 municipios a través de la Brigada Correcaminos, integrada por personal médico, SEDENA, Guardia Nacional, autoridades de los gobiernos estatales, municipales y por la siempre vilipendiada estructura de Servidores de la Nación. Sin ella habría sido imposible tener el alcance comunitario tan eficaz e inmediato, logrando incluso vacunar en su hogar a las personas que por alguna condición no podían desplazarse a los más de 8,130 centros de vacunación, sobre todo en las comunidades rurales más alejadas de los centros urbanos o cabeceras municipales.
Hasta el 10 de mayo han sido vacunadas 10,699,599 personas adultas mayores de 60 años, 1,122,542 de 50 a 59 años, y, de acuerdo con la programación del Gobierno de México, hasta el 21 de mayo se habrá vacunado a 2,850,000 integrantes de la comunidad de educación básica, que incluye al magisterio, personal administrativo, y, pieza indispensable, al personal de intendencia que ahora tendrá en sus manos la bioseguridad de los planteles educativos que, de continuar con el ritmo de vacunación, podrían reabrirse a partir de julio estableciendo las necesarias medidas sanitarias que incluyen dividir a los grupos en dos para que una parte tome clases lunes y miércoles, otra martes y jueves y los viernes se destine la jornada a las y los estudiantes que necesiten reforzar alguna materia o tema.
Como anunció el Presidente López Obrador tras el arranque de la Jornada Nacional de Vacunación, se registran 4 meses consecutivos de reducción de los contagios y en ese lapso se ha reducido 83% la mortalidad por COVID.
Priorizar la vacunación del personal médico de la primera línea de atención COVID, de las personas adultas mayores y de la comunidad de educación básica, es basar la estrategia para superar la pandemia global, en el fortalecimiento de la comunidad, reavivando esa antigua red de cuidados comunitarios y dando certeza al grueso de la población, porque aquellos referentes morales de su comunidad ya quedaron inmunizados.
Además, comenzó el operativo permanente de vacunación a mujeres embarazadas a partir de la semana 9 de gestación.
Pese al fatalismo de la oposición, el gobierno de México ha demostrado ser eficaz, los datos expuestos así lo demuestran, pero por si no es suficiente, aquí otros hechos consumados: México es de los pocos países del mundo que pudo negociar y adquirir vacunas con cada país y compañía productora de vacunas del mundo. Actualmente se envasan en territorio nacional dos vacunas (Aztra Zeneca y Cansino) y dentro de muy poco se sumará la Sputnik V. La heroica brigada médica cubana vino a reforzar en al menos dos momentos la estrategia de atención.
Hasta el 11 de mayo, México ocupa décimo segundo lugar del mundo en cantidad de dosis arribadas y aplicadas (21,3 millones), por encima de países como España, Japón, Canadá e Israel, esto sin encarecer el proceso de vacunación de países de la región como lo hiciera el gobierno sionista, que además ha impedido que Palestina adquiera vacunas.
La apuesta de la 4T para salir de la pandemia, al paso que se recupera la economía y se regenera el tejido comunitario, no sería posible si se carece de principios éticos como la fraternidad universal, traducida en acciones como que México fuera el primer país del mundo en solidarizarse con China al comienzo de la pandemia; o como el gesto que tuvo el presidente López Obrador con el pueblo de la India, al declinar la adquisición del lote de vacunas que estaba comprometida, debido a la emergencia sanitaria que enfrenta ese país en estos momentos.
La pesadilla global comienza su fin en el país; la alegría catártica que se experimenta en los centros de vacunación es la expresión más sincera y despolitizada de ello, y aunque los retos postpandémicos serán enormes e incluso inéditos, solo la cohesión social y la eterna heroicidad del pueblo harán posible superarlos. •