Jueves 6 de mayo de 2021, p. 25
Habitantes de la localidad indígena de Santiago Mexquititlán, municipio de Amealco, Querétaro, denunciaron que desde hace al menos dos meses no tienen agua corriente debido a que políticos locales y empresas han saqueado
el pozo que abastece la zona, por lo que exigieron que dichas reservas de líquido regresen a manos de la comunidad.
En conferencia de prensa realizada ayer en la sede del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas –tomada por colectivos otomíes desde octubre de 2020–, pobladoras de Mexquititlán dieron lectura a un comunicado en el cual recordaron que desde el pasado 30 de marzo se apoderaron del mencionado pozo, en protesta por la falta de agua en la comunidad.
Luego de señalar que esta carencia se debe a que pipas enviadas por particulares han saqueado
este recurso para llevarlo a poblados vecinos, las inconformes acusaron que el 31 de marzo los habitantes fueron intimidados por 20 patrullas de policías que dispararon al aire con la intención de generar miedo para el desalojo
.
Desde esa fecha, indicaron, la fiscalía estatal ha acudido al menos en un par de ocasiones al plantón instalado en el pozo, lo que los pobladores consideran un acto de amedrentamiento, y ha habido agresiones y amenazas de muerte de funcionarios municipales. A lo anterior se suma una balacera ocurrida en el pueblo el pasado 26 de abril.
Exigieron frenar la extracción de agua de Mexquititlán y que se restituya el control del pozo a la comunidad; además, demandan que se explique el estado de la concesión de dicho manantial.
Culpan a políticos, a Bonafont y a Coca-Cola
Marisela Mejía, integrante de la comunidad otomí en la Ciudad de México, detalló que la sequía en el pueblo comenzó hace 10 años y se ha agravado por el uso irracional del líquido por empresas y políticos, entre ellos el ex alcalde Rosendo Anaya.
Coca-Cola y Bonafont están acabando con el agua de las comunidades, cuando nosotros no la tenemos y a veces nos toca de a bote. Nosotros defendemos y amamos el agua, y no es posible que el empresario, el rico, el que contamina, se dé el lujo de regar el jardín y lavar su carro, cuando nosotros no tenemos ni para lavarnos las manos
, enfatizó Mejía.