Puebla fue la sorpresa del torneo Guardianes 2021 y lo demostró al asegurar su boleto a la Liguilla tras el empate sin goles con Santos en Torreón. La última fecha de la temporada regular fue también un duelo donde ambos tenían mucho por mejorar.

El encuentro fue la tierra prometida para ambos equipos. Ganar significaba meterse a los cuatro lugares de participación directa en la liguilla. Perder representaría quedar a merced de un repechaje para conseguir alguno de los cuatro boletos restantes.

En esa apuesta, La Franja tenía más posibilidades; no sólo ganar los colocaría en la zona de privilegio. El tercer lugar de la tabla estaba a la mano. Un empate, incluso, los dejaría en una situación de ventaja incluso con Monterrey, por lo que también quedarían en ese tercer peldaño por mejor diferencia.

Santos, en cambio, estaba obligado a ganar si quería meterse en esos cuatro lugares directos y echar al Puebla de ahí. Estaban enfrentados cara a cara enseñando los dientes.

Y justo Santos mostró la ambición de entrar a esos sitios de clasificación directa. Pelearon con decisión y lograron meterse al área de La Franja para hacerse de ese pase. Pero los disparos al arco, el único pasaporte que tenían al alcance, se estrellaron en el marco o daban ante un portero como Antony Silva, inspirado y consciente de lo que estaba en disputa.

Matheus Doria remató en dos ocasiones consecutivas que estrelló en el poste y todavía hubo un tercer intento de Félix Torres que dio al travesaño, pero parecían negados a abrir el marcador cuando empezaba el primer tiempo.

Y casi al finalizar ese capítulo, Omar Campos tuvo en los botines una oportunidad invaluable. Estaba destinada a ser un gol espectacular. La recibió de Carlos Orrantia desde la derecha, el cambio de juego le dejó el espacio suficiente para hacer gala de la maestría de la gambeta, la velocidad y la pausa. Recortó afuera del área y entró con visos de picardía. Adentro, midió el ángulo de la portería del Puebla y mandó un tiro de plasticidad incuestionable, pero que se fue desviado por casi nada. Eso debieron lamentarlo hasta los que iban a ser las víctimas.

La segunda parte se vio a un Puebla más resuelto, con más presión en el área de los Guerreros. Juan Pablo Segovia remató con la testa directo al área, donde el arquero de Santos atajó providencialmente. El vértigo de la fortuna podía favorecer a cualquiera de los dos clubes de un momento a otro.

Los últimos minutos resultaron una exhibición de atajadas de ambos lados de la cancha, Carlos Acevedo mantuvo intacta su meta. En respuesta Silva voló también para impedir que celebraran los Guerreros.

Y el final llegó con el marcador intacto y los de La Franja celebraron como si se hubieran llevado el campeonato. El Puebla se instaló en el tercer lugar de la tabla para ser uno de los afortunados que llegarán con boleto directo a la liguilla. Santos lo peleó, pero tendrá que conformarse con el quinto puesto y deberá disputar en el repechaje uno de los cuatro turnos restantes a la fiesta grande.