er a Tatiana Clouthier en algunos programas de televisión es un soplo de aire fresco. Frente a entrevistadoras y comentaristas que pasan por el departamento de maquillaje para salir al aire pintadas con brocha gorda a la Sherwin Williams, o con una máscara de mujer fatal, como solía decir Jesusa Palancares, Tatiana es una imagen de libertad que celebré desde el momento en que la vi por primera vez, con su camiseta y sus jeans, sus cabellos sueltos sobre los hombros y su frescura de triunfadora.
También ahora sus palabras son frescas. Inspira confianza, porque además de su facilidad de palabra, se le ve décontractée, como dirían los franceses.
¡Ojalá pudiéramos dialogar con todos los políticos en esa forma, porque hasta la fecha varios engolan la voz y responden desde lo alto de su prepotencia. No todos son chavos buena onda, como Arturo Herrera. Tatiana además es escritora y se ha abierto a lo largo de cinco libros, en cuyos capítulos se respira su pasión y su afán libertario: Crónica de un fraude anunciado; Curul 2006, una visión del Congreso; Maquío, mi padre; Parejas parejas, y el de mayor actualidad porque habla de la campaña que dirigió y con la que logró llevar a la Presidencia a Andrés Manuel López Obrador: Juntos hicimos historia.
Tatiana ya tenía la experiencia de hacer política porque siguió a su padre en su campaña en 1988. “Durante la campaña se toparon con muchas trabas en el camino. Los medios de comunicación electrónicos se abrieron poco (por no decir que casi nada) a dar espacios a la oposición. Ni el ingeniero Cárdenas ni Clouthier aparecían ante las multitudes; sus voces no se escuchaban, y cuando se oían aparecía un Maquío incendiario. Luego no faltaron las plumas pagadas para atacar a Clouthier, a quien en todo momento se le criticaba por ser empresario, por tener apellido extranjero, por haber nacido ‘entre pañales de seda’ y ser rico; por lo que fuera... hasta que Maquío terminó por bromear que con lo único que no lo habían calumniado era por ser maricón.”
–Tatiana, mi primera pregunta es personal. ¿Qué es lo que le ha dado más alegría en la vida?
–Pues creo que el nacimiento de mis hijos; tengo dos, una de 21 y, te digo, Elena, que perdí dos hijos antes de tenerla a ella, que nació en circunstancias súper, súper adversas. El momento más alegre de mi vida no fue cuando nació mi hija que nació enferma y la llevaron de inmediato al quirófano para operarla, y mi mamá no estaba, sino el momento en que mi mamá entró y la vi (mi hija aún en el quirófano). Fue como ¡ah! (inhala), uno de los momentos de encontrar esa parte tuya que te salva ‘ya puedo descansar, ya puedo soltar el cuerpo’. El otro fue cuando mi marido tuvo una operación de cáncer y el médico me dijo: ‘Salió bien’. Esos son los dos momentos más felices de mi vida.
Tatiana Clouthier es cálida. Háblame de tú, Elenita
. La verdad, también Olga Sánchez Cordero me lo pidió, pero supongo que una entrevista tiene que ser formal, ya que transcribir respuestas es un asunto serio, pero Tatiana, por su propia naturaleza, le quita toda solemnidad al encuentro y, de pronto, no sabes si cantar, bailar o ir por una nieve de limón, aunque con la pandemia no hay un solo paletero a la vista.
El recuerdo de tantos personajes populares me lleva a preguntar a la secretaria de Economía de la República Mexicana qué planes tiene para ayudar a la microeconomía del país, que ha perdido todo o casi todo por la pandemia. ¿Cómo lograr que se recuperen los pequeños empresarios?
–Para el tema de la microempresa, trabajamos en tres vertientes, un apoyo a través de microcréditos para empresas muy, muy pequeñas. Y se los dimos a 53 mil 500 micronegocios que no recibieron apoyos el año pasado; 20 mil para mujeres cabeza de negocio o emprendedoras y el resto para negocios familiares. Hemos dado entrenamiento y capacitación constante a las microempresas en digitalización, comercio electrónico, finanzas y contabilidad, porque nos dimos cuenta de que tienen o habían tenido dificultades en esas áreas. Trabajamos a través de algunos fideicomisos e hicimos énfasis especial en mujeres del campo. También hemos trabajado en sinergia con diferentes plataformas de crédito para que puedan acceder a ellos y salir adelante. Otra de nuestras acciones ha sido reunirnos con proveedores mayores para introducirlos a cadenas de suministro.
–¿Qué opina de la actitud de grandes empresarios en tiempos de pandemia? Tengo entendido que el Grupo Alsea (restauranteros de comida rápida) despidió cuando no redujo el salario de sus empleados
–Desconozco el tema de Alsea, lo que sí le puedo decir, en términos generales, es que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la propia Secretaría del Trabajo, hicieron muchas supervisiones para que no se despidiera a la gente. En marzo del año pasado pospuso el pago el IMSS y del Infonavit durante tres meses con la finalidad de no despedir trabajadores.
Es fácil hablar con Tatiana de Manuel Gómez Morín, miembro de Los siete sabios
, que ella no conoció, pero considera un hombre con una visión de una economía social muy importante
, y de su propia salida del PAN, al que renunció a través de una carta escrita en 2005, porque el PAN se alejaba mucho de los principios que me movieron a participar
.
Por su juventud, tampoco conoció a Efraín González Luna ni a Luis H. Álvarez, quien hizo una huelga de hambre durante 40 días en 1986 que llamó la atención de todos. Don Luis obtuvo la Medalla Belisario Domínguez en 2010, seis años antes de su muerte. Tatiana, nacida el 12 de agosto de 1964, era demasiado joven para conocerlo. De quien sí habla ahora, emocionada, es de su padre, Manuel Clouthier a quien llama Maquío. “Siento por él un amor enorme y también una admiración por ser líder en todos los sentidos: político, social, económico, quien aseguraba: No ando buscando chamba, ando buscando que México se democratice
, en 1988, cuando a Bartlett se le cayó el sistema.
“Creo que mi padre aportó muchísimo al quiebre de la nación como hicieron otros personajes en su momento. La historia se mueve a más velocidad a partir de Maquío, quien ayudó a que la democracia del país avanzara a un ritmo que desconocíamos y entusiasmó a todos.”
–También ahora avanza a toda velocidad. ¿Qué le pareció a usted, como secretaria de Economía, el nombramiento de Arturo Herrera después de la renuncia de Carlos Urzúa Macías? ¿Afecta al país la renuncia de un funcionario de esa envergadura? ¿No es una desestabilización?
–Bueno, el cambio se dio hace tiempo; creo que sí nos tambaleó de alguna manera. Toda renuncia de esa magnitud es una sacudida; sin embargo, en la vida nadie es indispensable y la muerte misma nos lo dice. Cuando nos vamos el dolor se queda, pero la vida sigue. Creo que este cambio fue una sacudida; sin embargo, la llegada de Arturo Herrera, quien tiene una experiencia internacional muy importante y se ha desempeñado cabalmente, ha dado resultados muy buenos en el proceso de gobierno de Andrés Manuel López Obrador al frente de nuestro país.
–Volviendo a su persona, ¿no fue una decisión muy dura salir del PAN para irse a un partido de oposición?
–Sí, totalmente, fue extremadamente difícil, porque yo tenía muchos años de participar en la institución, un cariño. Viví una desilusión: entré enamorada de una posibilidad, creí que las cosas eran de una manera, y cuando vi que no lo eran, decidí salirme. Fue ante todo un rompimiento, y todo rompimiento es duro.
–¿La condenaron sus compañeros panistas?
–He sido siempre muy respetuosa de lo que piensa la gente y de cómo cada uno interpreta y evalúa a los demás a partir de sus acciones; en ese sentido, he dado la libertad a los miembros del partido a que tomaran decisiones y definieran a mi persona como quisieran. Ya hace tanto tiempo que no acostumbro mirar para atrás. Ya eso quedó en mi pasado.
–Tatiana, ¿por qué todos los partidos de derecha son de banqueros?
–Ahí si no tengo elementos para evaluar esa afirmación. No creo que los partidos tengan dueño, pero sí creo que los partidos son entes públicos y, al serlo, tienen recurso público.
–Pero Gómez Morín, además de fundador del PAN, creó la Escuela Bancaria del Banco de México...
–Sí, pero no tengo un estudio profundo ni de la fundación de esa institución ni de su fundador. La verdad, no soy la persona apropiada para esa pregunta.
–Tatiana Clouthier, ¿la escuchó y la obedeció Andrés Manuel López Obrador cuando usted dirigió su campaña o tuvo que convencerlo de cada paso a seguir?
–No creo en el tema de obediencia, no existe. Cuando coordinas una campaña y eres parte de un grupo que comparte, al final de cuentas, la misma visión, tienes una estrategia que planteas frente a todos. Compartíamos la nuestra en una mesa y hacíamos ver al candidato los temas que creíamos estaban en riesgo, los que pensábamos tenían que tratarse y, a partir de nuestras propuestas, López Obrador hacía su elección. Fue un trabajo que nos llevó a todos a feliz término.
–¿Por qué se inclinó por Andrés Manuel López Obrador? ¿Qué la hizo creer en él?
–Me tocó ver su trabajo en la Ciudad de México, su gobierno ahí, y no me cupo la menor duda que yo era mucho más afín al esquema que él presentaba y, sobre todo, a los resultados que dio en la capital, y pensé que lo llevaría en forma mucho más amplia a todo el país.