Alimentar cuerpo y alma. La tortilla, complemento del Alma
Al fondo, sobre el piso de tierra estaba ella, la madre, la hija, la hermana, la esposa, preparando el nixtamal, sin recetas escritas, sin utensilios sofisticados, preparando cómo había aprendido desde niña, con la medida, esa medida que hoy día es difícil saber a qué equivale. Al día siguiente sale temprano de casa hacía el molino y de nuevo a casa, sobre el suelo de tierra, amasando y frente al comal echando tortillas, tortillas que llenan el aire de ese aroma que te invita a comer, y hoy sabemos que más que estómagos llenaban el alma. Y si fuiste niño en ese entonces hoy sabrás que llenaron tu ser de recuerdos, recuerdos que reviven al ir al pueblo y oler la leña, al probar nuevamente esa tortilla que día a día las mujeres de tu casa o tu misma preparabas, ese complemento rutinario que hoy es gourmet, que se prepara con receta; mililitros, gramos y temperatura exacta; atrás ha quedado la medida y la pizca. Es cuando de golpe reconoces que fue hace mucho, mucho tiempo cuándo tu tortilla no era sólo hecha a mano, era hecha con el alma… •