Lunes 5 de abril de 2021, p. 27
Con actos presenciales sin respetar la sana distancia y vía Internet empezaron las campañas electorales en la Ciudad de México.
Desde el primer minuto de este domingo, algunos candidatos se reunieron con varios de sus seguidores, a quienes llamaron a distribuir propaganda y sumar votos para la elección. Otros prefirieron hacer proselitismo en redes sociales debido a la pandemia de Covid-19.
Si bien en los actos presenciales se solicitó el uso del cubrebocas, candidatos como Jesús Sesma y Sergio Palacios, del Partido Verde, recorrieron las calles de Azcapotzalco sin portar la mascarilla.
La sana distancia también se olvidó en los mítines, como en el de la candidata de Morena a la alcaldía Cuauhtémoc, Dolores Padierna, en la colonia Guerrero, quien incluso saludó de mano a varios de sus seguidores.
Una situación similiar sucedió en un acto de madrugada en el Monumento a la Revolución por integrantes de Redes Sociales Progresistas, que entre los candidatos no respetaron la sana distancia. El partido realizó un mitin digital
en el que se presentaron números musicales que anteriormente animaban a la gente en vivo.
Sin la presencia de Israel Betanzos, Nora Arias y Andrés Atayde, de la alianza opositora PAN-PRI-PRD, estuvieron presentes en los inicios de campaña en Venustiano Carranza, Álvaro Obregón y Miguel Hidalgo. En tanto, los candidatos de Movimiento Ciudadano ondearon banderas del partido desde un vehículo con plataforma.
Diputados en campaña
Durante la jornada destacó la actividad de diputados locales que buscan su relección.
Por vez primera, los congresistas pudieron participar en actos para pedir el voto sin necesidad de solicitar licencia a sus cargos.
Prácticamente todos los legisladores locales participaron en mítines junto a los candidatos a gobernar las diferentes alcaldías. Por ejemplo, en Álvaro Obregón, Valentina Batres e Isabela Rosales hicieron recorridos junto con Eduardo Santillán.
De acuerdo con las reglas que aprobaron las autoridades electorales, los congresistas –que reciben miles de pesos en prerrogativas– pueden hacer proselitismo electoral; sin embargo, se les vigilará para que reciban recursos públicos
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