Las tropelías de Roemer
uchas virtudes en una persona: profesor en universidades de prestigio, como la de Columbia, en Estados Unidos; escritor adorado por sus lectores; filántropo. Su casa en la colonia Roma, visita obligada de políticos y empresarios. Divulgador de la ciencia, más que cualquier universidad o el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), por medio de La Ciudad de las Ideas, gran encuentro que anualmente dirigía en la capital de Puebla. Todo eso hacía Andrés Roemer con dinero público: más de 400 millones de pesos y otros 200 del Conacyt y el extinto Conaculta. Pero los méritos se los llevaba el segundo hombre más rico de nuestro país.
Sus múltiples virtudes lo llevaron también a ser funcionario del gobierno mexicano: cónsul en San Francisco y embajador ante la Unesco. De este último cargo lo cesaron en 2016 por no expresar en votación el sentir de México en favor de la preservación del patrimonio cultural del Islam en Jerusalén. Esa actitud lo convirtió en héroe
de la comunidad judía. Hasta una calle en un pueblo de Israel lleva su nombre. La Unesco lo designaría después embajador de buena voluntad
.
Mas todas sus virtudes se esfumaron al salir a relucir los defectos: el gurú de las ideas era un depredador sexual que cometió sus tropelías al amparo del dueño de TvAzteca, Ricardo Salinas Pliego. Hoy, la Unesco reniega de él, igual la universidad estadunidense y el comité de expertos que lo apoyaba en sus empresas. Hasta el pueblo donde una calle lleva su nombre reniega de él.
Al comunicador de 57 años, que construyó una exitosa carrera en los medios sustentada en múltiples premiaciones y el apoyo de amigos poderosos, lo investiga la justicia con base en la denuncia de varias de las 30 mujeres que han hecho públicos los abusos de que fueron víctimas las décadas recientes. En algunos casos, las agraviadas trabajaban con él en TvAzteca y denunciaron el abuso ante los directivos de dicha empresa. Fueron ignoradas.
Sólo una figura prominente del mundo de los negocios y la comunicación protege a Roemer: Ricardo Salinas Pliego. Además, públicamente lo defiende: No cederé jamás ante chantajes y mentiras
, afirma. Esperemos que la justicia no ceda a los chantajes y mentiras
, y cumpla su tarea.